Cuando uno se acerca a Tomelloso percibe rápidamente que se encuentra en un enclave diferente y especialmente único. Cuando aún no ha dado tiempo a avistar sus primeros inmuebles habitables ya sorprenden sus extensas superficies de viñedo, que convierten la llanura manchega en el mejor escenario de producción del líquido más deseado del mundo, el vino. Uno puede además perderse entre infinidad de hileras de cepas, algo mágico para todo amante del enoturismo. “He llegado hasta la cuna del vino” pensarán muchos, y con razón.
Tomelloso ha sido reconocido como el mejor municipio enoturístico de España, tal y como revelan los VI Premios de Enoturismo ‘Rutas del Vino de España’, que reconoce a la ciudad manchega como tal. La Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN), que es la organizadora de estos galardones, destaca el esfuerzo de Tomelloso para potenciar el territorio y sus recursos enoturísticos singulares y diferentes. Esta ciudad apuesta por la sostenibilidad y plantea un turismo cada vez más enfocado a la cultura del vino. Dicho esto, es hora de conocer la magia vitivinícola de este enclave manchego. ¡Allá vamos!
Nos ponemos en marcha, pero, para no perderse entre tantas opciones, es necesario conocerlas todas. El visitante tiene la oportunidad de pisar, oler y conocer de primera mano el origen del vino. Y qué mejor que explorar las extensas superficies de producción de la uva. Estas explotaciones rodean por completo Tomelloso, por lo que no será complicado dar con ellas. Cuando uno accede a las entrañas de éstas, comprueba que existen grandes construcciones que llaman rápidamente la atención. Tienen nombre propio; bombos. Son famosas construcciones que servían antiguamente como refugio para agricultores y animales, así como para guardar las herramientas agrícolas. Están levantados de forma natural con la piedra del lugar, desenterrada por el arado y amontonada en las lindes. Darle forma requiere de una esmerada técnica, ya que se realiza piedra sobre piedra sin ligar con ningún tipo de argamasa. Esta técnica se conoce como piedra seca. El techado o la cubierta tiene forma de falsa bóveda. El resto es mejor que lo compruebes tú mismo. Eso sí, ten en cuenta que son edificaciones únicas, por lo que sólo las encontrarás aquí.
Una vez hayas disfrutado del paisaje rural toca explorar la zona urbana. La primera parada es obligatoria y no hay opción a variaciones en el trayecto. Las 2.500 cuevas te esperan. Es el mayor patrimonio de Tomelloso. En torno a 1820 se empezaron a construir bajo las casas más de dos millares. Se utilizaban para hacer y almacenar vino. Llaman la atención porque son espacios subterráneos realizados por la acción humana. Quizás conocer todas es una odisea, pero visitar muchas de ellas es una recomendación. Qué mejor que hacerlo mediante una visita guiada y con una copa de vino en la mano. ¿Tienes un mejor plan? Si te gusta el enoturismo no debes perderte esta oportunidad única.
Del subsuelo al cielo pensarán algunos. Y es que tras visitar estas obras subterráneas es el momento de descubrir qué son las chimeneas y para qué se utilizaban. Sí, chimeneas, que son edificios de hasta 20 metros de altura que encontrarás en diferentes puntos de la ciudad. Estas edificaciones estaban situadas junto a las grandes torres de destilación del vino y servían para la salida del humo de las grandes calderas. En torno al año 1950 había 60 destilerías y un centenar de chimeneas. Actualmente se conservan 19 grandes y 13 pequeñas. No hay duda de que también suponen una parte importante de la historia vitivinícola de Tomelloso.
Pero todavía hay más. Incluso queda lo mejor para muchos. Y son las cautivadoras visitas guiadas por las distintas bodegas de la ciudad. ¿A quién no le apetece degustar los mejores vinos desde el corazón de su elaboración? Lo bueno de esto es que tan sólo tienes que comunicar tu intención de viajar hasta Tomelloso y confirmar quienes te acompañarán en el viaje. El resto es disfrutar de la experiencia porque no faltará ningún detalle. No temas porque tendrás la opción de probar los mejores productos gastronómicos de la zona. Es decir, el mejor maridaje estará preparado.
Así que, no lo dudes más y ponte en marcha este puente de Todos los Santos. La experiencia no te dejará indiferente ni a ti ni a tus acompañantes. Aunque también te esperan durante cualquier época del año, pero bien es cierto que próximamente se conmemora del Día Internacional del Enoturismo (13 de noviembre). Y, cómo no, el Ayuntamiento ha programado numerosas actividades durante todos los fines de semana de noviembre para festejar esta fecha tan señalada para la localidad. Los amantes del buen vino tienen una cita en Tomelloso. Una buena razón de ello son las miles de personas que ya han asistido e incluso han repetido la experiencia. Y es que todo aquel que tenga un mínimo de interés por este preciado tesoro líquido y su cultura, debe acudir a la ciudad manchega. No te lo pienses más.