La superficie de pistacho ha aumentado en un 1.260 % en Castilla-La Mancha en los últimos 10 años, lo que aconseja analizar los pasos a seguir ante la previsible subida de producción que se espera a partir de 2023, y especialmente desde 2026, ha apuntado Cooperativas Agro-alimentarias.
En una nota de prensa, Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha ha indicado este viernes que el cultivo del pistacho ocupa una extensión relevante en la comunidad autónoma con las más de 53.580 hectáreas declaradas en la estimación de la Política Agraria Común (PAC) de 2022.
Asimismo, ha apuntado que el incremento de nuevas plantaciones cada año es mayor, de forma que entre 2012 y 2022 se han plantado 49.650 hectáreas de pistacho en Castilla-La Mancha, que implican un incremento porcentual del 1,260 % que hace necesario planificar lo que se va a hacer en los próximos años para afrontar el aumento de la producción.
Con este fin, Cooperativas Agro-alimentarias ha celebrado jornadas en Villamayor de Santiago (Cuenca), La Roda (Albacete) y en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), este miércoles para analizar la situación del sector y hacer una correcta planificación de la capacidad de estabilización, procesado, industrialización y comercialización para los próximos años, cuando se espera que la producción aumente exponencialmente.
En este sentido, la entidad que agrupa a las cooperativas de la región ha instado a los productores a agruparse para dar respuesta a este crecimiento y su director, Juan Miguel del Real, les ha recomendado que tengan instalaciones adecuadas para garantizar la estabilización de la producción.
Entre los elementos necesarios figuran que dispongan de máquinas para proceder al lavado y secado del pistacho en las 24 a 36 horas de su recolección, ya que la calidad y el valor del fruto seco se vería gravemente mermada, ha advertido Del Real.
Asimismo, para afrontar el crecimiento exponencial de la producción y evitar futuras tensiones del mercado nacional y mundial del pistacho, Cooperativas Agro-Alimentarias ha animado a los productores a crear o utilizar entidades asociativas (SAT o cooperativas) para organizar la producción y abordar las inversiones necesarias y llevar a cabo una planificación adecuada del crecimiento.