El Ministerio de Defensa ve muy difícil «conducir el alto al fuego» en la guerra de Ucrania y confía en otoño para que se pueda vislumbrar una «salida negociada» del conflicto.
Así lo han puesto de manifiesto altos cargos de este ministerio durante la jornada de mañana que se ha celebrado en Toledo en el marco del XXXIV Seminario Internacional de Seguridad y Defensa ‘La agresión rusa despierta a la OTAN y UE’.
Por un lado, el director jefe de la División de Coordinación y Estudios de Seguridad y Defensa, el coronel José Luis Calvo, se ha mostrado de acuerdo en que «es difícil una salida negociada» de la guerra de Ucrania en el corto plazo, y espera que este paso se pueda ver en otoño.
A su parecer, la negociación entre ambos países es «difícil» porque Rusia piensa que puede conquistar más territorios, mientras que Ucrania se está haciendo con «más refuerzos» y quiere contraatacar, por lo tanto vislumbra que tiene que haber «un mayor desgaste» para que se pueda producir esta negociación, lo que considera «muy triste».
Así, ha definido la situación actual de la guerra como «una carrera contra el tiempo», en la que Rusia está intentando concentrar todo el esfuerzo en el Donbás antes de que Ucrania pueda movilizarse de manera más numerosa y contraatacar con el armamento que recibe de Occidente.
HA FALLADO LA ARQUITECTURA DE SEGURIDAD
Por su parte, el secretario general de Política de Defensa (SEGENPOL), el almirante Juan Francisco Martínez, ha considerado que existe «una enorme dificultad para conducir el alto al fuego» en la guerra, porque ha fallado la arquitectura de seguridad y hay que construirla y ahora no resulta una tarea «fácil».
En este contexto, la relaciones de confianza con Rusia son imposibles, porque «hay que basar esta arquitectura de seguridad en la desconfianza», una situación opuesta a la que había antes.
«Toda guerra es un fracaso, nunca es un éxito y este fracaso es especialmente doloroso por enfrentarnos con la crueldad de una forma tan cercana», ha manifestado. Además, ha señalado que «lo primero es ayudar al agredido conteniéndolo, evitando la extensión del conflicto», algo que desde Europa, a su juicio, se está «haciendo bien» aunque «no es fácil»
En este punto, ha puesto el acento en que España tiene un especial papel de responsabilidad, porque en un año y tres meses presidirá el Consejo de la Unión Europea. «España tiene un papel importante para demostrar que es un país de acogida».
«Nadie tiene la solución individual» a esta guerra, pero es necesario «abrir el debate de las ideas», para que abran camino y den paso a la «influencia» y estas generen un resultado.
DEPENDENCIA ECONÓMICA
Por su lado, Theresa Fallon, fundadora y directora del Centre for Russia Europa Asia Studies (CREAS), ha llamado a evitar «el escenario de pesadilla europeo» y replantear la estrategia y las soluciones de dependencia energética de Rusia de los países europeos, citando que Alemania la tiene en un 45%, por lo que ha planteado que la perspectiva sobre el comercio y sobre la dependencia económica tiene que volver e a analizarse.
En una línea similar se ha manifestado Nuno Pinheiro, exdirector de Política de Defensa en el Ministerio de Defensa en Portugal, que ha sugerido que los países europeos articulen «plataformas comunes» en materia de defensa y reducir la «fragmentación». «A medio plazo solo habrá un camino para los europeos, desarrollar una robusta política de defensa común».
RUSIA NECESITA UNA CATARSIS A LA DEMOCRACIA
En la segunda de las mesas redondas de la jornada de mañana, bajo el título ‘La batalla del relato de la guerra de Ucrania’, ha intervenido Carmen Claudín, investigadora sénior asociada al CIDOB, que ha asegurado que solo una derrota militar para Rusia podría ayudar al país a abrirse paso a un «futuro democrático».
Así, ha puesto como ejemplo los juicios de Nuremberg en Alemania, en los que se juzgaron las consecuencias del régimen nazi de Hitler, para señalar que Rusia precisaría de una «catarsis» colectiva similar.
«Tal y como ha evolucionado Rusia en los últimos veinte años, una victoria de Moscú tendría consecuencias dramáticas para sus vecinos soviéticos, para Europa y para su sociedad», ha afirmado.
De su lado, el director del Instituto Francés de Relaciones Internacionales y Estratégicas de Francia (IRIS), Pascal Boniface, ha señalado que cuando Putin no esté, «habrá una nueva Rusia», por lo que ha instado a Europa a «ayudar a que esta nueva Rusia» emerja. «Putin ha conseguido lo contrario a lo que buscaba, ha reforzado la OTAN y a la sociedad occidental y el sentimiento contra Rusia».
En cuanto a Zelenski, lo ha definido como el ganador «de la guerra mediática», un líder que ha pasado de ser «Charles Chaplin a Winston Churchill». «Es el primer héroe nacional de Ucrania y el primer líder que unifica al pueblo».
Asimismo, el director del Departamento de Seguridad Nacional (DSN), el general Miguel Ángel Ballesteros, ha hecho alusión al «poder relacional» en la guerra de Rusia, la capacidad para modificar la opinión de los ciudadanos, algo que, a su parecer, ha intentado hacer Rusia con sus mensajes «repetitivos» y su incoherencia, señalando un día que no atacaba y al día siguiente terminaba atacando.
PRIMERAS VÍCTIMAS POR EUROPA
Al inicio de la jornada, el secretario general de la Asociación de Periodistas Europeos (APE), Miguel Ángel Aguilar, ha destacado que este seminario ahonda en el sentimiento de Europa al sentirse agredida, lo que ha provocado «su despertar».
«Se ha derramado sangre. Los ucranianos están defendiendo nuestros valores en primera línea, hasta ahora no había muerto nadie por la bandera europea y ahora estamos teniendo los primeros muertos», ha aseverado.
En representación del Gobierno de Castilla-La Mancha, ha asistido a la inauguración el consejero de Hacienda y Administraciones Públicas, Juan Alfonso Ruiz Molina, que ha puesto el acento en que el conflicto en Ucrania tiene «un efecto económico importante», en lo que respecta a la inflación, al tiempo que «ha abierto un debate sobre la necesidad de incrementar el gasto en defensa y de desarrollar una política de defensa común en el seno de la Unión Europea».