Una borrasca llegará este domingo al suroeste de la Península y dará lugar a precipitaciones abundantes y prácticamente generalizadas durante los primeros días de la próxima semana, según ha avisado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Este sábado un primer frente atlántico abandonará el territorio por el nordeste y dejará precipitaciones localmente fuertes y persistentes en el nordeste de Cataluña.
Asimismo, un nuevo frente que entra por el noroeste peninsular volverá a recorrer la Península de oeste a este entre este sábado y el domingo, dejando precipitaciones que serán más intensas en el oeste del Sistema Central, pudiendo ser persistentes.
El domingo por la tarde, se espera una borrasca al suroeste de la Península, la cual se mantendrá estacionaria en la zona durante los primeros días de la semana que viene.
Para el próximo lunes, 14 de marzo, las precipitaciones se extenderán y generalizarán de sur a norte, con acumulaciones más importantes en Andalucía y el Sistema Central, según la Aemet.
El martes es probable que remitan de norte a sur, pero seguirán siendo abundantes en puntos del sur peninsular, sobre todo en territorio andaluz, mientras las temperaturas subirán significativamente en buena parte de la Península.
Además, esta situación estará acompañada por un viento de componente este, con intervalos de fuerte o muy fuerte en zonas del este peninsular, que traerá consigo una masa de aire de África con polvo en suspensión, lo que provocará más precipitaciones, en este caso acompañadas de barro en Baleares y en el este, sur y centro peninsular.
Igualmente, se reducirá la visibilidad por calima, mientras el viento intenso de componente este dejará mal estado del mar en el Mediterráneo.
Ya el miércoles hay probabilidad de que la borrasca se desplace hacia el este y provoque inestabilidad en la mitad oriental. El jueves y viernes, por otra parte, se darán acumulaciones significativas en puntos del aérea mediterránea peninsular y el Cantábrico.
La Aemet ha precisado que este tipo de situaciones van acompañadas de «un alto grado de incertidumbre» ya que pequeñas variaciones en la distribución de la borrasca pueden repercutir en cambios significativos en la intensidad y localización de las precipitaciones.