viernes, 22 noviembre, 2024

Sí a la España Rural: Diferencias Internas (II)

Artículo de opinión del diputado nacional por Ciudad Real, Juan Antonio Callejas

Definido, en al artículo publicado anteriormente, dedicado, igualmente, al tema de la España Rural, mal llamada vacía/vaciada, en el que analizábamos la delimitación del despoblamiento, nos proponemos ahora ahondar en otros aspectos que nos ayudarán a comprender mejor los problemas y la injusticia que se da en esta mitad de España. La realidad es que en 2017, en un informe de la Federación Española de Municipios y Provincias, la mitad de los 8.125 municipios españoles estaba «en riesgo de extinción a medio o largo plazo» por tener menos de 1.000 habitantes, pero un año después, hay un 10% más de municipios en ese estado y así ha seguido ocurriendo cada año, lo que viene a significar que seis de cada diez municipios rurales tienen una población menor de mil habitantes y se reparten por 17 provincias españolas.

En primer lugar creemos conveniente señalar las diferencias que se dan dentro de la España Rural y, para analizar este aspectos nos hemos apoyado en el llamado Mapa 174 que es una iniciativa de la SSPA (Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa, por sus siglas en inglés), que denomina así por su alusión al artículo del mismo número del Tratado de Funcionamiento de la UE (Tratado de Lisboa) en el que se aboga por «promover un desarrollo armonioso del conjunto de la Unión» y por «reforzar su cohesión económica, social y territorial«, para lo que, entre otros aspectos, propone prestar «especial atención» a «las regiones que padecen desventajas naturales o demográficas graves y permanentes como, por ejemplo, las regiones más septentrionales con una escasa densidad de población y las regiones insulares, transfronterizas y de montaña«.

Este mapa/informe ha combinado seis indicadores: número de habitantes, evolución del censo entre 1991 y 2018, índice de envejecimiento y natalidad en el plano demográfico y, en el físico, altitud y pendiente media, que son los aspectos que enumera el tratado como desventajas demográficas.En este estudio se clasifican a las provincias españolas afectadas por la despoblación en tres grupos: las “devastadas” que vienen a ser el núcleo duro; el segundo grupo, la “España despoblada que se estanca”, lo integran las provincias más pobladas, que, si bien sufrieron importantes procesos migratorios, no han perdido tantos empleos y mantienen una buena base de población joven, con Albacete, Ciudad Real, Badajoz, Cáceres, Córdoba y Jaén, si bien sus desventajas con respecto a los otros grupos son de carácter económico: escaso peso del sector industrial, bajos niveles de PIB por habitante y muy elevadas tasas de paro; y el tercer grupo es la “España despoblada que remonta” que es la que mantiene una posición intermedia entre los dos grupos anteriores ya que si bien comparte con ellos los indicadores demográficos (escasa densidad de población y problemas de envejecimiento), presenta, sin embargo,mejores datos económicos (PIB/ per cápita por encima de la media, baja tasa de paro, elevado peso del sector industrial y, una creación de empleo positiva). En ella se encuadran: Guadalajara, Burgos, Huesca, La Rioja, Valladolid y Zaragoza.

En este Mapa 174 se destaca la situación especialmente crítica de tres provincias(Soria, Cuenca y Teruel)  en las que la suma de los municipios con desventajas graves y muy graves supera el 90% en Soria y pasa del 75% en Cuenca y Teruel. Más de la cuarta parte de los sorianos y más de la quinta de los turolenses son, salvo que algo imprevisto lo remedie, los últimos habitantes de sus pueblos, algo que aboca a la desertización demográfica a más de dos terceras partes de sus respectivos territorios.

Lokinn

Por nuestra proximidad y especial interés incorporamos el Mapa 174 referido a Castilla-La Mancha (fig. 1) en el que destaca, de forma gráfica, la situación que acabamos de describir.

Sí a la España Rural: Diferencias Internas (II)



Figura 1. Mapa 174. Despoblación en Castilla-La Mancha (SSPA)

En él se aprecia con nitidez el efecto devastador de la despoblación en las provincias de Cuenca y Guadalajara, donde el número de municipios con población inferior a 1.000 hab. representa el 88,8% y el 90%, respectivamente, mientras que en Albacete, Ciudad Real y Toledo, ese porcentaje es de 50, 45 y 15, también respectivamente. Igualmente se aprecia como los efectos de la crisis demográfica está en íntima relación con el relieve: Macizo Ibérico, Sierra Morena-Valle de Alcudia y Montes de Toledo, respectivamente. En Ciudad Real, además, están afectadas, aunque en grado intermedio, la zona occidental (los Montes) y la sudoriental (Campo de Montiel) y solo se salvan parte de la comarca del Campo de Calatrava y La Mancha. Es decir, es un problema que también tenemos cercano.

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