La alcaldesa de la ciudad del Doncel, María Jesús Merino, cree que una vez incluida Sigüenza y parte de su entorno en la lista indicativa que España ha remitido a la Unesco se puede afirmar que «ahora sí que estamos en la carrera para ser Patrimonio Mundial», un reto que se plantean ya con un plazo inferior a los diez años iniciales y que en breve tendrá continuidad instando a los propietarios de Bienes de Interés Cultural (BIC) como son las salinas de Imón, a que las mantengan en buen estado.
Para la alcaldesa seguntina, si bien es cierto que son muchos los que entran en esa lista de corte, es una realidad que no todos están trabajando por su permanencia.
Además, si en Madrid se ha conseguido algo similar en apenas seis años, «si se trabaja bien y se tienen las herramientas técnicas y políticas, quizá se consiga en el menor tiempo posible». «A pesar de que es complicado, creemos que podemos conseguirlo», ha insistido la regidora.
No hay plazos concretos, pero, al igual que entrar en la lista indicativa se habló de entre dos y dos años y medio y sin embargo se ha conseguido antes de ese plazo, «viendo que hemos hechos los deberes bien para entrar en esta lista, no descarto que se consiga en menos de diez años», ha precisado.
De momento, los primeros pasos están solventados y ahora toca detectar lo que hay que mejorar; una tarea en la que ya están ocupados pero que contempla hándicap como el hecho de que la candidatura por la que se apuesta no sea un elemento concreto sino que abarque todo un territorio, aunque tal y como ha precisado Merino, esto también contempla fortalezas como el que se haya mantenido intacto desde la Edad Media y el de contar con las salinas de interior más grandes de toda Europa, las salinas de Imón, aunque están en un «terrible» estado de conservación, ha precisado.
En este sentido, Merino tiene claro que estas salinas requieren una preservación para mantener lo esencial, al igual que pasa con las murallas de Palazuelos o la iglesia de Carabias. «Hay que detectar el estado del patrimonio fundamental que vamos a declarar y realizar las inversiones que sean precisas», ha apostillado.
UN TERRITORIO INTACTO DESDE LA EDAD MEDIA
En este aspecto, Merino ha insistido en que el análisis y el concepto ya está, destacando también como algo único y diferenciador de la ciudad del Doncel y su comarca su situación entre las cuencas del río Dulce y el río Salado, un territorio que se ha mantenido intacto desde la Edad Media, según ha apuntado.
Aunque no ha negado que ahora viene otro trabajo «arduo y complejo» como es el de buscar financiación para mejorar una extensión de territorio muy amplia, «lo que es difícil por extensión, puede ayudar el hecho de ser una candidatura muy diferenciadora», ha detallado.
De hecho, Merino ha asegurado que ellos mismos no esperaban que apenas un año después de arrancar con la tarea para convertir Sigüenza y su entorno en Patrimonio de la Humanidad se llegara a pasar en el primer corte, algo que ha atribuido, en gran parte, a la «enorme implicación social» del Consejo Rector, del Comité de Expertos y las administraciones, poniendo como claro ejemplo a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
«Tenemos todos mimbres para conseguir que, más pronto que tarde, Sigüenza sea patrimonio mundial», ha subrayado tras recordar que el concepto ya está y que arranca una segunda fase que requiere una implicación total en el que habrá que realizar un plan de trabajo. Unos pasos que pronto se verán recompensados también con ayudas para mejorar una zona murallas y también el plan turístico, ha concluido.