El alcalde de Palma, José Hila, ha paralizado el cambio de nombres de calles impulsado para suprimir alusiones franquistas y ha solicitado una reunión urgente con el Govern para revisar el censo elaborado por una comisión de expertos, ya que es el que obliga al Consistorio a modificar los nombres.
Así lo ha anunciado Hila durante un acto público este viernes en Palma. Precisamente, por la mañana estaba previsto el cambio de la plaza de la calle Toledo, una de las que había suscitado polémica, y finalmente no se ha retirado la placa.
Ahora, el Ayuntamiento queda a la espera de reunirse con el Govern para solicitar que la comisión revise el censo y confirme que se deben cambiar los nombres. Hasta este viernes se habían modificado ya los nombres de la avenida Joan March y las calles Brunete, Alfambra y las de los almirantes Cervera, Gravina y Churruca.
El alcalde ha explicado que ha tomado esta decisión debido a que los cambios de varias de las calles afectadas han suscitado «dudas». En concreto, se ha referido a las calles de los almirantes, la calle Toledo y la de Gabriel Rabassa.
No se habían cambiado las de pasaje Castillo Olite, plaza del Bisbe Planas y las calles Toledo, José de Oleza, Gabriel Rabassa y Canonge Antoni Sancho.
En los últimos días ha sido objeto de debate el cambio de nombres anunciado por el Ayuntamiento. La polémica ha girado en torno, entre otras, al nombre de la calle de Toledo -que se modifica debido a que hace referencia a una batalla de la Guerra Civil, pero que ha provocado malestar en la ciudad castellana- y al de las calles Almirante Churruca y Almirante Gravina, que según Cort se modifican porque se deben a buques de la Guerra Civil.
Sin embargo, como han señalado desde la oposición y desde algunas entidades, los nombres de los almirantes se pusieron por marineros que fallecieron en la batalla de Trafalgar, mucho antes del franquismo, y en cuanto a los buques que llevaban su nombre, combatieron en el bando republicano.
Este viernes, el alcalde ha remitido un escrito a la Secretaría Autonómica de Memoria Democrática solicitando que la Comisión Técnica de Memoria y Reconocimiento Democráticos, conformada por expertos, para que revise todos los elementos de Palma incluidos en el Censo de símbolos, leyendas y menciones franquistas.
Hila ha insistido en que aquel censo, que parte de una ley aprobada por el Parlament, obliga al Ayuntamiento a modificar las calles afectadas. «Nos ordena que las tenemos que cambiar, no es optativo, es un mandato legal», ha incidido.
Hila también ha recalcado que en su momento no se presentaron alegaciones tras la aprobación del censo. Sin embargo, ha reconocido que existen «dudas razonables» y que él mismo las tiene. «Cuando tenemos dudas sobre un tema es importante rectificar», ha dicho el primer edil, que también ha añadido que la administración «no es perfecta».
Si la revisión del censo confirma que los nombres a cambiar «son correctos» -por vinculaciones al franquismo-, el Ayuntamiento proseguirá con los cambios. Si hay un cambio de criterio, Cort revertirá las modificaciones y volverá a colocar placas con los nombres anteriores. El alcalde ha enfatizado que en cualquiera de los dos casos el Ayuntamiento estaría obligado por ley.
Mientras, las placas que ya se han cambiado se quedarán como están, hasta que se pronuncie la comisión de expertos.
Por otro lado, Hila ha informado de que se ha enviado otro escrito a la comisión local de toponimia para que aumente el número de mujeres que se proponen para dar nombre a calles fruto de los cambios de memoria democrática. «Tres no eran suficientes, nos equivocamos», ha admitido el alcalde, que ha apuntado que han escuchado a distintas entidades que habían protestado por este aspecto.