Su finalidad es la de favorecer la colaboración entre un número creciente de productores, unificar criterios de carácter productivo y comercial, e incluso diferenciar el pistacho de Ciudad Real a través de una marca distintiva o, en su caso, una Denominación de Origen Protegida. La Presidenta de la Asociación, Dolores Lara, destaca que “el asociacionismo es el vehículo para gestionar, promover y distinguir nuestro pistacho, aspectos que redundarán en un beneficio económico de los productores asociados a la APPCR. Del mismo modo, ayudará a afrontar conjuntamente los retos de futuro que se planteen con éste cultivo”.
Singulariza la importancia de su Junta Directiva, compuesta por un equipo joven, de tres mujeres y tres hombres, todos productores, con ideas innovadoras y cualificados para planificar y desarrollar el trabajo en pro de la Asociación, desde su compromiso altruista y la confianza que han puesto en el proyecto.
Establece su sede en Argamasilla de Alba tras las gestiones realizadas por su secretario Alejandro Mateos con el alcalde de ésta localidad Pedro Angel Jiménez, quien se ha comprometido a ceder gratuitamente una oficina en la calle Juan de Zúñiga número 20. Cuenta con cerca de 100 asociados y más de 1.000 hectáreas de cultivo, número que va incrementándose conforme los productores de pistacho tienen conocimiento de su fundación.
Tras su puesta en marcha, se han mantenido reuniones con otras Asociaciones de Productores de Pistacho como la de Cuenca, Toledo y Albacete. Esta Asociación, sin ánimo de lucro, impulsará los mecanismos que favorezcan al asociado para que obtenga un valor añadido por su producto:
-Trabajando para la obtención de una Calidad Diferenciada del producto, ya que el pistacho de Castilla-La Mancha posee las mejores cualidades organolépticas del mundo debido a las óptimas condiciones edafoclimáticas de la zona. Se hará hincapié en tener una trazabilidad del producto y se pondrá en valor el cultivo ecológico.
-Colaborando en la realización de una gestión integral del producto, desde el campo hasta el procesado, envasado y comercialización.
-Fomentando el estudio de las diferentes variedades de pistacheros, adaptación, mejora de la calidad del fruto y estudio de Normas de Calidad del pistacho.
-Promoviendo el cultivo del pistachero y sus buenas prácticas agrarias (BPA), así como el cultivo ecológico.
-Impulsando canales de procesado, comercialización y distribución del pistacho que mejoren el valor añadido final para el asociado.
-Contribuyendo en el estudio y desarrollo de aplicaciones culinarias, gastronómicas y cosméticas que fomenten el consumo de nuestro pistacho.
-Concertando convenios con Universidades para la Investigación y Desarrollo del fruto.
-Cooperando con las Asociaciones de Productores de Pistacho de las provincias de Castilla-La Mancha, con entidades y organismos de ámbito local, autonómico, nacional e internacional.
-A la par, se desarrollará una labor de apoyo al productor asociado que cultiva el pistachero en toda la provincia, ofreciéndole asesoramiento, formación, beneficios por gestión de compras agrupadas, convenios con empresas del sector (certificadoras, laboratorios, aseguradoras, etc.), colaboración e información sobre ayudas y otros expedientes a presentar ante las
administraciones públicas.
Dolores Lara, productora de pistacho en Tomelloso, remarcó que “se debe acelerar para desarrollar los objetivos marcados, ya que la gran cantidad de hectáreas de pistacheros que se están plantando en la provincia, en unos años entrarán en producción, incrementando considerablemente el volumen de kilos de pistachos por campaña, cuestión que habrá que analizar para adelantarse e ir confeccionando la ruta que ofrezca la solución más adecuada, consiguiendo que el pistacho siga siendo rentable para el productor a corto y largo plazo”.
El pistacho es un fruto seco de gran valor, incluido en la pirámide de la dieta más saludable del mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El pistachero se encuentra en auge y constante crecimiento, principalmente en Castilla-La Mancha, región con más hectáreas de cultivo del territorio español. La Región y por ello Ciudad Real, cumple con todas las condiciones de idoneidad para cultivar este leñoso. Un cultivo que tiene bajos requerimientos de agua y, que por tanto, es fácilmente sostenible en nuestra Comunidad, pudiendo contribuir de manera clara al desarrollo de nuestras zonas rurales más desfavorecidas.