La Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía ha considerado el trasvase de 38 hectómetros cúbicos del río Tajo al Segura para el mes de febrero como «una nueva puñalada sin que el Ministerio de Transición Ecológica haga nada por evitarlo».
Aprobado un nuevo trasvase automático, los ribeñeros han lamentado en nota de prensa que cuando se abra de nuevo el canal del trasvase saldrán casi 140 hectómetros con destino a «una cuenca que no lo necesita, ya que acumula 144 hectómetros cúbicos en el sistema trasvase más otros 260 del propio Segura». Los ribereños reclaman que se cumpla con la ley de aguas española y la cuenca del Segura priorice los recursos propios y «cese el parasitismo», primando las necesidades de la cuenca cedente.
La Asociación ha manifestado que «no por esperada la traición deja de ser sangrante para los municipios ribereños, que en pleno 2021 siguen sufriendo víctimas del caciquismo más servil del siglo XIX». «Dentro de unos años, cuando el trasvase no sea más que una pesadilla, nuestros nietos se llevarán las manos a la cabeza viendo todo lo que se permitió en la Región de Murcia», ha lamentado la presidenta de la Asociación, María de los Ángeles Sierra. «Los profesores de historia tendrán que explicarlo dos o tres veces, porque no es normal».
La Asociación muestra de nuevo su hartazgo. «Ya está bien de vivir de recursos ajenos», ha manifestado el vicepresidente, Borja Castro, que ha denunciado el «cortoplacismo de los responsables de la gestión del agua en España, que nos condenan a la miseria de caer una y otra vez en situaciones que ellos mismos consideran de excepcionalidad hidrológica».
Así, Castro remarca que el destino de los ribereños es «cumplir condena en nivel III, donde sólo queda barro y ruina para nuestros municipios y sed para los españoles, que se verán condenados a su vez a enfrentarse al cambio climático con los derroches del levante mermando su patrimonio natural, que es la única defensa».