La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha iniciado este jueves, 1 de octubre, las labores de exhumación en una fosa común en el Cementerio de Guadalajara de una veintena de víctimas fusiladas entre el 24 de febrero y el 9 de marzo de 1940, trabajos que está previsto que se prolonguen entre diez y doce días y con los que se espera encontrar veintiún cuerpos que se entregarán a sus familiares.
Un exhorto que, según González, rompió el silencio de muchas familias de víctimas de la dictadura y motivo que más de 120 de ellas se pusieran en contacto con la asociación lo que ha motivado que se haya decidido este mismo jueves abrir la fosa número 3 de la zona común donde se encuentra muchos de estos cuerpos, una vez autorizados por el Ayuntamiento de Guadalajara.
González cree que a primera hora de este viernes es posible que aparezcan ya los primeros restos y el proceso, una vez hallados, será su documentarán para luego realizar la exhumación de los cuerpos y el análisis correspondiente.
En cuanto a las medidas adoptadas con motivo de la COVID, al tratarse de un espacio abierto y un equipo de diez personas, González ha indicado que llevan un protocolo en marcha y que de momento no se han detectado positivos entre ellos. En todo caso, la zona en la que están trabajando está marcada por cintas.
Desde la ARMH también han explicado que la intención inicial es exhumar los restos y realizar un análisis antropológico de los mismos en el laboratorio de que han habilitado en las dependencias del cementerio para luego remitirlos a Ponferrada con el fin de que se analicen más exhaustivamente y realizar a continuación un análisis genético con todas las familias que se identifiquen. Una vez salvado ese proceso la idea es entregar los restos a sus familiares.
Entre las diez familias a las que se quiere dar respuesta se encuentra Jesús Barriopedro, quien a sus 96 años lleva esperando 81 años para recuperar los restos de su hermana.
Las labores de exhumación, por seguridad, se ha acometido vaciando previamente las fosas 1 y 2 de la fosa común que es tierra movida, con el fin de poder trabajar en la fosa tres con más holgura.
Desde la asociación han querido dejar claro que para la realización de estos trabajos no se utiliza financiación pública sino el dinero de la propia ARMH con la aportación de voluntarios y socios, de hecho, en estos trabajos participan agentes forestales, una forense y un minero, entre otros.
María Ángeles Ortega tiene también familia de su cuñado enterrada en esta zona del cementerio de Guadalajara, donde ha querido acercarse para apoyar las labores de exhumación.