Las personas de mi generaciĂłn y los mĂĄs jĂłvenes somos enormemente afortunados. Y lo somos porque contamos, metafĂłricamente hablando, con un âcolchĂłnâ o un âparacaĂdasâ que nos da la seguridad y la certeza de que, ante los momentos mĂĄs complicados de la vida, las inseguridades, la falta de certeza y las dudas, tenemos a quien acudir.
Tengo la suerte, al igual que muchĂsima gente, de contar en mi entorno familiar con personas mayores, y no solo me refiero a los mĂĄs importantes para mĂ, como son mis padres, sino a tantas y tantas personas que atesoran entre sus manos experiencia, sabidurĂa, vivencias y la capacidad de ofrecer el mejor consejo en el momento oportuno.
Nuestros mayores son nuestros ĂĄngeles de la guarda, fieles consejeros: es por eso que debemos de profesarles el mayor de los respetos posible porque, una sociedad que no respeta a sus mayores estĂĄ perdida.
Lamentablemente, la situaciĂłn generada por la crisis sanitaria del coronavirus estĂĄ golpeando a una generaciĂłn que ha tenido una importancia vital para el desarrollo de nuestro paĂs tal y como lo conocemos hoy en dĂa. Los mayores, artĂfices de la TransiciĂłn, estĂĄn siendo los mĂĄs afectados por un virus que no conoce lo que es el respeto.
Son momentos de estar mås pendientes que nunca de ellos; momento de acompañarlos y evitar su soledad y momento, sobre todo, de poner en valor a una generación que lo ha dado todo por España y por Castilla-La Mancha, haciendo de nuestra tierra un lugar próspero, libre y que goza de una democracia sana.
Me ha dolido profundamente, en un momento concreto de esta pandemia, escuchar algunas declaraciones que menospreciaban a nuestros mayores, especialmente a los que viven en residencias, por parte del que deberĂa dar, precisamente, ejemplo de respeto: el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano GarcĂa Page.
Por eso creo que hoy, 1 de octubre, DĂa Internacional de las Personas Mayores, es una fecha para decir alto y claro que las personas mayores son totalmente vĂĄlidas y que no debemos darles nunca la espalda.
Y, finalmente, me gustarĂa aprovechar estas lĂneas para tener un recuerdo sincero y para rendir homenaje a todos los mayores que nos ha arrebatado la pandemia y para dar relevancia a su figura, la de la persona mayor, tan importante y que siempre tenemos cerca, dispuesta a dar un valioso consejo o a escuchar nuestros problemas.