Médicos del Mundo ha denunciado las condiciones «lamentables» en las que los inmigrantes temporeros de los asentamientos de Albacete, entre quienes se ha detectado un brote de COVID-19 en los últimos días han sido realojados en el recinto ferial de Albacete (IFAB), un espacio que no es seguro para controlar dicho brote.
«No tiene los medios necesarios para garantizar la salud de cientos de personas: sin aislamiento, sin aseos suficientes y sin un dispositivo sanitario que monitoree los casos positivos y sus contactos», ha alertado la organización en nota de prensa.
«La respuesta de las administraciones locales y regionales está lejos de ser la que garantice la seguridad sanitaria promulgada desde el Ministerio de Sanidad. Hablamos de la salud de cientos de personas, tanto de las que han sido confinadas como la de la ciudadanía albaceteña. La solución a un rebrote no es encerrar a personas en un espacio sin las condiciones mínimas de habitabilidad y sin un control sanitario adecuado», ha defendido la portavoz de la Junta Directiva de Médicos del Mundo Castilla-La Mancha, Idoia Ugarte.
Respecto al recinto ferial habilitado, Médicos del Mundo denuncia que se les ha asignado un espacio único, dividido únicamente en dos por una marquesina, con camas, mesas y sillas como único mobiliario: «ni siquiera disponen de espacios seguros donde guardar sus pertenencias».
«Tampoco se ha tenido en cuenta la delimitación de zonas para el tránsito o pasillos para acceder a los diferentes espacios, y el número de aseos y duchas para las cerca de 200 personas es más que insuficiente», ha añadido la organización, que también denuncia la ausencia de una ventilación correcta del lugar.
«Es fundamental asegurar la limpieza del espacio, sobre todo tras el uso de los aseos; es obligatorio el uso de mascarilla en espacios comunes; poder lavar la ropa a 60 grados; asegurar un manejo seguro de la comida que se distribuya; disponer de agua y jabón en varios puntos y contar con una gestión de residuos adecuada, entre otros», ha explicado la médica y especialista en epidemias de Médicos del Mundo, Felícitas Ibáñez.
REBROTE DESCONTROLADO
Según Médicos del Mundo, hasta el momento hay identificados 23 casos positivos en esta población, 12 de ellos aislados en el polideportivo del Instituto Tomás Navarro Tomás de la capital albaceteña, y hasta la fecha, no se han realizado las pruebas PCR a la totalidad de las personas que convivían en los asentamientos.
De igual modo, critican que los temporeros, que están en plena campaña de recogida del ajo, han sido trasladados a este espacio sin un dispositivo sanitario. «No hay un mecanismo de identificación a su llegada ni un control de la situación epidémica de estas personas, que han vivido hacinadas en los asentamientos hasta el momento, desde que hace seis días se comenzaran a realizar las pruebas PCR a partir del primer caso diagnosticado».
Tras alertar de la ausencia de un protocolo concreto de actuación ante cualquier incidencia que ocurra en el dispositivo, también ha denunciado «una carencia total de coordinación entre el Ayuntamiento de Albacete y los Servicios de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) con el resto de actores implicados y las organizaciones de la sociedad civil, estas últimas dispuestas a trabajar en una respuesta justa a la situación».
«Médicos del Mundo se ha ofrecido de forma reiterada a las administraciones para facilitar asesoramiento y aportar nuestra experiencia en protocolos sanitarios de actuación ante el COVID-19, y ha expresado la necesidad de realizar un abordaje coordinado, integral y respetuoso con los derechos fundamentales de las personas afectadas», ha añadido.
SIN LUGAR DONDE VOLVER
Así las cosas, condenan que las autoridades han expresado su intención de cerrar y derruir los asentamientos afectados, lo que implica que nadie podría regresar tras los días de confinamiento.
«No hay una solución a corto ni medio plazo para estas personas, que tendrán que abandonar el espacio habilitado tras el control del rebrote, ya que en ningún momento se ha planteado que puedan quedarse allí más tiempo del destinado al confinamiento», ha apuntado la organización humanitaria sanitaria, que precisa que los asentamientos no solo eran habitados por trabajadores agrícolas temporeros, sino que también había un número significativo de personas que vivían en ellos de manera permanente, para quienes esto supondrá la pérdida de su único lugar de residencia.