El acusado de agredir sexualmente a la mujer a la que propuso limpiar en su casa en Puertollano ha alegado que no tuvo ningún tipo de relación sexual con ella, en el juicio que se ha celebrado a puerta cerrada este jueves en la Audiencia Provincial de Ciudad Real y que ha quedado visto para sentencia.
El abogado que lo defiende, Manuel Castro, en declaraciones a los medios ha explicado que su cliente solo ha contestado a sus preguntas, no respondiendo a las formuladas por la fiscal.
Ha añadido que según lo explicado por el acusado ante la sala, el conflicto surgió por el precio fijado por la limpieza que realizó la presunta víctima en el domicilio del acusado. «Habían quedado en que le pagaría siete euros la hora. Cuando le pagó, ella le reclamó más y mi cliente la echó quedándose él en su domicilio, no pasando nada más».
Por eso, ha manifestado que mantienen la petición de libre absolución ya que considera que no existen pruebas de cargo suficiente que haya enervado la presunción de inocencia que tiene su representado. Ha precisado que esta se basa en la declaración de la víctima que cae «en continuas contradicciones y no tiene verosimilitud».
Por su parte, la fiscal ha mantenido su petición de pena ya que considera que tras el juicio ha quedado demostrado que los hechos son constitutivos de un delito de agresión sexual con el agravante de reincidencia, por el que pide una pena de 12 años de prisión.
Ha dado por probado que lo sucedido se remonta al 25 de noviembre de 2017 cuando la mujer, M.R.R.R., coincidió con el procesado en el domicilio de una amiga común en la localidad de Puertollano, proponiéndole éste realizar labores de limpieza en su casa.
Un par de días después el procesado la telefoneó pidiéndole que ese mismo día empezara a limpiar en el domicilio de este y de su madre de avanzada edad. La mujer aceptó percibiendo por dos horas de limpieza del hogar la cantidad de 14 euros.
Ese mismo día, sobre las 21.00 horas, el acusado volvió al requerir los servicios de labores del hogar de M.R.R.R. para el día siguiente, proponiéndole en esta ocasión quedarse a dormir en su casa para no tener que madrugar. Algo que la mujer aceptó.
Una vez allí, continúa el relato del fiscal, ambos consumieron 4 micras de heroína y el procesado comenzó a mostrarse «en exceso cariñoso» y pidiéndole a la mujer mantener relaciones sexuales, a lo cual esta se negó. Esto provocó, relata el escrito de acusación, que el acusado comenzara a mostrar una conducta «autoritaria y agresiva».
Ya a las dos de la mañana y en el salón de la vivienda donde había una cama, el acusado «con el fin de satisfacer sus necesidades sexuales», conminó a la mujer a acostarse con él, «cogiéndola fuertemente de los brazos y el cuello» hasta conseguir tumbarla en dicha cama al tiempo que «con intención de amedrentarla» le dijo, portando una navaja en el bolsillo del pantalón, que si gritaba y despertaba a la madre del mismo de avanzada edad que pernoctaba en dicho domicilio, le daría «puñaladas y la iba a amortajar».
El procesado, para conseguir su propósito y ante la resistencia de la víctima, le propinó dos bofetadas, tapándole la boca y sujetándole los brazos hasta conseguir finalmente bajarle la ropa interior y consumar la relación. Poco tiempo después y sin dejar que la mujer se levantara de la cama, volvió a instar a la misma a mantener relaciones negándose ésta, pero sin cesar de realizarle tocamientos y sin dejarla marchar del citado domicilio, obligándola a consumir transilium que ella escupía.
Sobre las 5 de la madrugada la agarró fuertemente de los brazos y la sacó del domicilio proponiéndole ir a adquirir más sustancia estupefaciente, pero en un descuido del procesado la mujer logró escapar llegando a la Comisaría a denunciar los hechos.
Además de la pena de prisión, desde el Ministerio fiscal se han solicitado ocho años de libertad vigilada con la obligación por parte del acusado de participar en programas de educación sexual y la prohibición de aproximarse a la víctima, a su domicilio y lugar de trabajo a menos de 200 metros, así como a comunicarse con ella por cualquier medio. También ha pedido una indemnización de 20.000 euros para la mujer por los daños morales.
También ha confirmado la negativa del acusado a responder sus preguntas y que la presunta víctima ha declarado por videoconferencia ratificando su relato.