La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ciudad Real manifiesta su total contrariedad con la decisión de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) de encharcar artificialmente el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel utilizando los pozos de emergencia existentes. La organización agraria lamenta que finalmente se haya optado por esta opción en lugar de acometer un trasvase desde la cabecera del Tajo, hasta la Tubería Manchega, a través del acueducto Tajo-Segura.
ASAJA recuerda que las infraestructuras para llevar a cabo ese trasvase existen, y se encuentran en buen estado operativo, además de disponer en cabecera de recursos hídricos suficientes para derivar unos 20 hm3 de agua a las Tablas. Para la organización agraria, el encharcamiento de las Tablas por pozos de emergencia es la alternativa menos aconsejable. De hecho, la normativa aplicable dispone que sería una opción “b” con respecto a la “a”, que es el trasvase.
Por otro lado, ASAJA señala que el encharcamiento artificial en la forma elegida tiene diversas contraindicaciones. En este sentido, la organización agraria advierte que la fecha para la puesta en marcha de esta medida no es la más aconsejable, puesto que el encharcamiento máximo previsto se producirá en los meses de primavera-verano, fechas en las cuales la evapotranspiración será máxima. Además, la utilización del recurso subterráneo para los fines perseguidos propiciará una depresión del nivel freático en el entorno de estos pozos de emergencia, lo que es difícilmente justificable.
Asimismo, como es sabido, el entorno del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel se caracteriza por disponer de aguas con salinidades diferentes, según su origen natural; por lo que el aporte de recursos exclusivos del acuífero provocará una modificación notable de la química del agua de la zona encharcada. Una modificación química que se reduciría de forma notable si el agua aportada procediese íntegramente del trasvase, al ser de mejor calidad. Y es que, como es lógico, parte del recurso extraído se infiltrará hasta el epicentro del acuífero, lo que provocará -por las características del terreno y del recurso extraído- una salinización anormal del agua.