El pasado fin de semana, y hasta ayer, mismo, han sido días de carnaval en la ciudad del Doncel. El viernes, fueron los niños de la ciudad quienes llenaron la Plaza Mayor de coloridos atuendos. El sábado, 200 personas se disfrazaron en el concurso, que anualmente organiza el Ayuntamiento de Sigüenza, y bailaron al ritmo de los tambores de Batuqué, un nuevo grupo de percusión que hizo bailar al ritmo de los tambores a la comparsa carnavalera. Los mejores, según el jurado, fueron los ‘Molinillos de Viento’, en categoría de grupos, y una ‘Caja de Música Seguntina’, en el apartado individual y de parejas.
En la tarde de ayer, miércoles de ceniza, y a partir de las 19:00 horas salía del Centro Cultural El Torreón el entierro de la sardina que recorría de nuevo, pero esta vez solemne como correspondía a la ocasión, las calles de la ciudad hasta la Plaza Mayor. Organizado por el Ayuntamiento con la colaboración de las AMPAS de los colegios San Antonio de Portacoeli y SAFA, el cortejo fúnebre, que encabezaban la sardina y su ataúd, fue seguido por decenas de seguntinos, algunos de ellos de luto riguroso, por las calles Valencia y Cardenal Mendoza y Plaza del Obispo Bernardo de Agén, hasta la Plaza Mayor.
No faltó la banda sonora habitual en este día, que volvía a correr a cargo de la Asociación de Dulzaineros de Sigüenza. Al filo de las ocho de la tarde, se quemó la sardina en la Plaza Mayor, poniendo con ello fin al carnaval seguntino 2020. Empieza la Cuaresma, y después uno de los momentos más especiales del año en la ciudad, como es la Semana Santa. La concejala de Festejos, Conchi Huelves, agradecía a los seguntinos su participación en todos los eventos de Carnaval, a las AMPAS de los colegios, también su imaginación y colaboración, y a los voluntarios de Protección Civil su presencia, velando por la seguridad de los desfiles.