El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha mostrado confiado en que, en materia de agua, «la naturaleza y la racionalidad de las directivas europeas terminen abocando a una solución» al conflicto en España, una solución que «ha de ser de consenso».
En una rueda de prensa celebrada en Ciudad Real, García-Page ha señalado que él seguirá abogando por un acuerdo a nivel nacional, pero mientras ese acuerdo llega desde su Gobierno seguirá impulsando «una triple estrategia».
En primer lugar, seguirá «defendiendo en los tribunales» el derecho como cuenca cedente de Castilla-La Mancha, «aportando soluciones técnicas y tomando la iniciativa».
Además, ha recordado su intención de aprobar en 2018 una iniciativa legislativa que se trasladará al Congreso de los Diputados para replantear planes hidrológicos de cuenca y poner por delante el agua de las desaladoras.
«Ahora recibo insultos de organizaciones de regantes de Murcia, pero me preocupaba más que jalearan a mi antecesora hace cuatro años», ha dicho.