Un total de 12 niños y niñas de la Residencia-Internado de San Ildefonso de Madrid participarán por primera vez en su vida en el Sorteo Extraordinario de Navidad, que se celebrará en el Teatro Real el próximo 22 de diciembre.
Rodríguez explica que de los 18 menores que cantan número o premio lo hacen por primera vez siete, si bien alguno ya había participado en sorteos anteriores haciendo las labores de extracción. Por lo tanto, estarán totalmente de estreno este 2019 cinco pequeños. Además, siete de los 16 encargados de extraer las bolas de madera de boj lo harán por primera vez.
Los niños y niñas tienen entre 9 y 14 años, la mayoría son españoles, y sus familias proceden de República Dominicana, Perú, Guinea Ecuatorial, Marruecos, Ecuador, Bolivia, Colombia y algún otro país de menor representación en la Residencia, que acoge a 60 escolares de edades comprendidas entre 6 y 14 años. Las familias de estos menores viven diferentes circunstancias económicas, laborales o socio familiares que hacen necesario un apoyo temporal en la crianza de sus hijos.
Preguntada sobre los requisitos que deben cumplir para participar en el Sorteo Extraordinario de Navidad, la responsable del centro apunta que, para cada tabla, se conforma un equipo de cuatro niñas y niños, en los que dos participan cantando número o premio y otros dos extrayendo las correspondientes bolas.
«Se valora que tengan cumplidos los ocho o nueve años, y entre aquellos que cantan que cuenten con buena voz, clara y con proyección, un nivel de conocimiento de los números adecuado para leerlos con rapidez, y que tengan fluidez verbal», aclara Rodríguez, que añade que también se tiene en cuenta «la capacidad para mantener cierta presencia en el escenario».
«SENTIRSE PROTAGONISTAS ESE DÍA»
En este sentido, la directora de la Residencia reconoce que «este año, como viene siendo habitual, se han presentado más voluntarios de los que finalmente irán al sorteo». «Hemos tenido que seleccionar. No obstante, al final, contamos con una alta participación», subraya, al tiempo que destaca que tienen «muchos» candidatos porque «les hace mucha ilusión disfrutar del ambiente tan especial que se vive el día 22 de diciembre y sentirse protagonistas ese día».
Los pequeños llevan practicando sus rutinas para el gran día desde mediados de octubre. «Vienen ensayando dos días alternos en semana, una media hora que es lo que se tarda en completar un alambre», concreta, para después agregar que, en los ensayos, realizan «de manera sucesiva las mismas rutinas que se van a seguir en el Sorteo Extraordinario de Navidad».
Durante esta actividad, que realizan acompañados siempre por un equipo de educadores, se les dan pautas para afrontar «situaciones imprevistas» y se prepara el sorteo «desde el disfrute». «Se les anima a confiar en ellos mismos, pues están preparados para hacerlo muy bien; y a apoyarse en sus compañeros, ya que es una actividad que se realiza en equipo», enfatiza Rodríguez.
A juicio de la directora del centro, se trata de una actividad que «potencia el desarrollo de competencias tanto personales como sociales». «Entre las personales, podemos destacar la confianza en uno mismo, manejo de emociones, el compromiso. En relación a las competencias sociales, podemos hablar de comunicación, colaboración y cooperación al desarrollarse la actividad en equipo», comenta.
En relación con el desarrollo de la víspera y el día del sorteo, la responsable de la Residencia señala que el día previo se realiza el ensayo general en el Teatro Real, que este año será el sábado al caer en domingo el día 22. «El día señalado, bien tempranito, nos dirigimos al Teatro Real, en donde nos acomodamos en un camerino amplio y con mucha ilusión se va desarrollando de la forma más natural, la esperada jornada», afirma.
Finalmente, sobre si en su tercer sorteo al frente de esta institución educativa aparecen los nervios, Charo Rodríguez es tajante: «En un ambiente tan especial como el que vivimos ese día, se impone la ilusión y el orgullo de ver cómo nuestras niñas y niños van desplegando sus habilidades, superando sus límites, ganando confianza en sí mismos y viviendo con gran compañerismo una fiesta que sentimos de manera totalmente compartida».