Las seis monjas que a primera hora de la tarde abandonaban el convento de clausura de Brihuega (Guadalajara) tras el fuego declarado en el término municipal ya han regresado al mismo y según su madre abadesa, Sor Isabel, estaban «con miedo» porque han sufrido «un buen susto pero, gracias a Dios, ha terminado bien».
«La mayor ha visto mucha gente y otra casa y ha dicho ¿Es Guadalajara?, y eso es porque ya es mayor pero también porque no están acostumbradas a salir; alguna desde hace años salvo a votar», ha subrayado la priora.
«No nos dejaron coger nada, nos metieron en los coches y nos llevaron corriendo, corriendo, a una casa», ha señalado la madre superiora, preocupada a su vuelta porque había dejado el convento sin cerrar con llave pero agradecida a todo el pueblo.
«Este convento tiene varias llaves de cierre y no puede cerrar al irnos», ha incidido ya más tranquila la superiora, que tiene 68 años y es la más joven de las seis que quedan en este convento cisterciense.
«Estamos agradecidísimas al pueblo, a todos los vecinos por la ayuda prestada, todos se han volcado, del primero al último», ha señalado la madre abadesa mientras afirmaba que el propio alcalde del municipio, Luis Viejo, quien las esperaba a la entrada del convento, les ha dicho que aunque el fuego parece estar ya controlado, van a estar vigilando las próximas horas.
En todo caso, no es el primer susto que sufren en apenas varios días; ya que la pasada semana otro fuego se originó hace varios días cerca y en el de este lunes el miedo ha sido lógico porque las llamas han entrado hasta su huerta, «aunque no es mucho», ha concluido agradecidísima a todos Sor Isabel.