La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha considerado «positivo» el descenso en el número de desempleados en Castilla-La Mancha «aunque sea leve», pero ha lamentado que la tendencia de creación de empleo de marzo, abril, mayo y junio, «tras un mal inicio de año, se ha visto reducida a una exigua bajada del número de parados del 0,18 por ciento en julio».
CSIF ha destacado la «irregularidad» del mercado laboral en la región, ya que mientras que en junio bajó el paro en todas las provincias, en julio se han producido diferencias. Toledo generó 1.003 puestos de trabajo y Ciudad Real 64, mientras que se destruyeron 450 empleos en Albacete, 271 en Guadalajara y 56 en Cuenca.
A esta «desigualdad territorial» se une, según el sindicato, «la baja calidad del empleo generado, ya que para obtener un balance de 290 puestos de trabajo se contabilizaron un total de 103.860 contratos en julio, de los cuales sólo un 9,2 por ciento fueron indefinidos».
La contratación temporal no se limita únicamente al periodo estival, ya que se ha convertido «en un elemento consustancial al mercado laboral de Castilla-La Mancha». CSIF ha subrayado que la temporalidad genera «inseguridad y no supera los niveles de desempleo exigidos», ya que se alternan meses de subidas y bajadas «provocando inestabilidad». Además, «no se generan los recursos suficientes para poner freno al paro femenino, que supone el 65 por ciento del total de desempleados».
De esta forma, CSIF ha vuelto a cuestionar los 4,4 millones de euros que han recibido CCOO, UGT y Cecam en forma de subvenciones directas asociadas a planes de empleo desde 2015 y ha preguntado si este tipo de ayudas, «sin concurso público y que posiblemente volverán a concederse próximamente por parte del Gobierno regional, servirán para poner fin a la precariedad que padece el mercado laboral».