El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha recordado que en 40 años de democracia «nunca ha habido un Gobierno de coalición ideológica», tras lo que ha sugerido que ahora hay que pensar «si conviene más un acuerdo entre partidos» que haga a España «independiente del independentismo» o «seguir jugando, como ha pasado hasta ahora, a que alguien con pocos votos pueda tener la llave».
Así lo ha puesto de manifiesto en su intervención durante un desayuno informativo organizado por Encastillalamancha.es en Talavera de la Reina, donde ha deseado que tras el nuevo reparto de escaños haya un Gobierno más estable en el país sin tener que depender de apoyos en partidos independentistas.
Abundando en el tema catalán, ha dicho que pase lo que pase en elecciones hay que retomar el debate de la financiación autonómica, algo imposible hasta ahora porque Cataluña «no se ha sentado a la mesa».
Ha rechazado esquivar una mesa conjunta y articular la financiación a base de pactos bilaterales, y ha abierto hasta tres posibles escenarios tras las urnas del 28 de abril.
El primero, «en el que alguien puede intentar dejar la negociación independentista al dinero», algo ante lo que el PSOE se va a oponer. «No vamos a poner en riesgo la igualdad de oportunidades. No quiero tener policía autonómica, pero los servicios esenciales tienen que estar garantizados, y esto hay que arreglarlo lo antes posible».
«Invitaría a que tras elecciones, la inmensa mayoría de partidos se comprometa a un diálogo discreto para fijar los límites no propasables, para tener claro lo que no se debe hacer, que ya es bastante», ha indicado.
Otra de las claves que ha citado García-Page como mimbres a consolidar tras las elecciones es evitar la recentralización de servicios. «El Estado no está en condiciones de asumir ese marrón inmenso», ha dicho, tras lo que ha abogado por una «armonización fiscal» a nivel estatal.
OPTA POR LA MODERACIÓN
También se ha mostrado partidario de mantener la moderación en el contexto político actual donde en algunos casos los extremos cobran protagonismo, pidiendo al electorado votar a líderes que tengan claro su «código ideológico».
En esta línea, ha asegurado tener una «buena expectativa» ante los envites electorales que están por venir, considerando que «ha cristalizado una pauta de comportamiento electoral que no tiene nada que ver con el principio de la democracia».
En su opinión, la ciudadanía «distingue a los partidos» pero también a sus líderes, y la evolución que se espera ante la próxima cita con las urnas es que un 30 o 35% de la población «tiene interiorizado que su voto vale si lo cambia».
Esto, ha dicho, «pasa de una elección a otra y cuando se mezclan elecciones», un dato que a su juicio está «consolidado». Por ello, ha querido aportar «pistas» que ha pedido tener en cuenta también en el proceso de «digestión postelectoral». «Entre lo que pase el 28 de abril y el 26 de mayo puede haber un problema de indigestión», ha alertado.
Con todo, lo primero que ha pedido en este contexto histórico es mantener la «moderación» y «no ir a la urna como el que va a un campo de fútbol a insultar al árbitro». A su juicio, «el que tiene propensión a dar patadas en las urnas» las puede dar «con la derecha o con la izquierda», por lo que la moderación que propugna, ha indicado, es más necesario ahora.
Aunque a veces la moderación «no da titulares» es, según García-Page, «lo que realmente requiere coraje» en la coyuntura actual. «Hay que tener las ideas claras y tener perimetrado tu código ideológico para ser moderado. Prefiero votar a quien tiene claro su proyecto que al que le da igual 8 que 80».
Para el líder autonómico, es muy importante que el 28 de abril «pase lo que quieren los españoles que pase» ante la «lotería» de los últimos tiempos, por lo que ha pedido medir a los líderes políticos «por sus esfuerzos».
