El cuadro ‘La Visitación’, que se atribuye al Greco y ha sido presentado este miércoles, es un cuadro que, a falta de los análisis químicos, físicos y radiológicos, «tiene unas grandes posibilidades de ser el original» pintado por el autor cretense entre 1608 y 1614 para decorar el techo de la Capilla Oballe de la Iglesia de San Vicente Mártir de Toledo.
En este sentido se ha pronunciado el director del Museo del Greco, Juan Antonio García Castro, que ha dicho que se tiene la «seguridad total y absoluta» de que trata de una pieza «inédita», de la que se tuvo un primer conocimiento a través de la publicación de la doctora María del Mar Doval en una revista especializada que recogieron los medios de comunicación toledanos en el año del Centenario del Greco, en 2014.
García Castro ha destacado que desde el año 2015 había existido «un cierto runrún» por esta obra en una colección particular, «desconocida para el público y para los especialistas» y «desde hace un par de años» desde el Museo se ha tenido «mucho interés» para traer la obra y «poder examinarla», especialmente para que los especialistas, «al menos visualmente», puedan sacar sus conclusiones.
«El cuadro no debió llegar a exponerse nunca, ya que no se sabe qué pasó con el cuadro desde que salió del taller del Greco hasta que llegó a la familia que lo tiene actualmente», ha dicho el director del Museo, que ha señalado que lo que se sabe es que hay dos versiones de cada uno de los cuadros que se encargaron para la capilla y que el Greco «no llegó a ver este conjunto colocado».
«Como institución estamos encantados de poder dar la posibilidad tanto a especialistas e investigadores, como al público en general, de ver uno de los pocos cuadros del Greco sin identificar y sin conocer hasta el momento», ha dicho García Castro, que ha aseverado que «con total seguridad no se sabe si es el original pintado por el Greco, pero se piensa que es muy probable».
«DE MAYOR CALIDAD» QUE EL DE WASHINGTON
Por su lado, la doctora en Historia del Arte, María del Mar Doval, ha destacado que conocía desde «hace muchos años» la existencia del cuadro, pero la familia nunca «se quiso pronunciar al respecto y ahí quedó la cosa», añadiendo que con el «revuelo surgido con el Centenario del Greco» fue cuando esta familia se animó a mostrarlo.
A su juicio, tras haberlo estudiado, este cuadro «es de mayor calidad que el expuesto en Washington», ha afirmado la doctora, que ha asegurado estar convencida de que «el cuadro es del Greco», ya que «encaja dentro de los conjuntos de decoración de la Capilla Oballe».
A preguntas de los medios, la historiadora, que ha asegurado que la documentación que puede dar indicios de que esta obra es del Greco son los contratos para la decoración de la citada capilla, ha señalado que no se sabe el motivo de que haya dos cuadros de cada obra. Posiblemente sea porque el Greco cumplió su encargo y pintó los cuadros, pero «a lo mejor» su hijo decidió pintar los que hay expuestos «y quedarse con los buenos», ya que se conservan documentos, ya fallecido el Greco, donde su hijo «solicita que se le pague lo pintado».
El director del Museo del Greco ha asegurado que el propietario del cuadro «no tiene especial interés por el momento de que sea conocido su nombre», añadiendo que «es una colección particular interesante de un coleccionista de Toledo, que tiene obras de otros pintores».
García Castro ha añadido que el propietario «es el hijo del comprador, que no tiene documentación de cómo se gestó la compra», argumentando que desde el Museo se ha sugerido que la mejor manera de conocer la pertenencia de una obra a una época determinada e incluso la posibilidad de descubrir elementos propios del pintor es mediante un análisis profundo de la obra intentando conocer la construcción de la misma desde el interior y hasta la superficie final».