El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha avanzado que en este primer trimestre se darán nuevos pasos de cara a impulsar de nuevo el proyecto de la autovía que ha de conectar las capitales de Cuenca y de Albacete, aunque no ha especificado en qué consistirán exactamente esos pasos, ni cuándo se volverían a retomar las obras, ni cuándo estaría abierta y en funcionamiento esta vía, cuya construcción prometió él mismo en campaña electoral.
Eso sí, ha aprovechado para exigir al Gobierno del Estado que asuma las conexiones con vías de alta capacidad entre Tarancón y Guadalajara y la continuidad de la A-40 para enlazar Cuenca con Teruel.
Así lo ha asegurado en rueda de prensa desde Motilla del Palancar, donde ha querido recordar que el Gobierno del PP en la Comunidad Autónoma durante la pasada legislatura paralizó este proyecto acarreando un coste de 7 millones de euros, «que pudo haber alcanzado los 26 millones».
«No sólo pararon la obra sino que anularon el proyecto. Y ahora para retomarlo casi hemos tenido que empezar de cero. Pero en el primer trimestre de este año se van a licitar los estudios de alternativas por el impacto ambiental», ha defendido.
Tal y como ha recordado, uno de los trazados de esta vía era de titularidad nacional, pero el Gobierno de Castilla-La Mancha «lo asumió de buena fe a condición de que el Gobierno de España hiciera la autovía entre Tarancón y Guadalajara».
En esta línea, ha dicho que ahora están «a punto» de conocerse «los planes del Gobierno» en cuanto a inversión en infraestructuras.
«Quiero pensar que habrá un esfuerzo de consulta con las autonomías. Tampoco vamos a renunciar a la autovía entre Cuenca y Teruel. Una autovía se puede hacer por tramitos», ha dicho García-Page, añadiendo que no va a «consentir» que desde la Administración estatal «se apeen de la responsabilidad» de llevar a cabo tanto esta infraestructura como la autovía Tarancón-Guadalajara.