El municipio de Nombela, en la provincia de Toledo, ostenta un curioso récord geográfico: es el punto más alejado del mar de toda la Península Ibérica. Situado a unos 364 kilómetros en línea recta del mar más cercano, este pequeño pueblo de Castilla-La Mancha se convierte en el corazón continental de España, desplazando la creencia común de que este punto se encontraba en la Comunidad de Madrid.
La distancia por carretera hasta la costa más próxima -concretamente la del golfo de Valencia- es de aproximadamente 420 kilómetros, lo que refuerza su carácter de enclave interior por excelencia. Si se consideran otras zonas del litoral mediterráneo próximas a la provincia de Valencia, la distancia hasta Gandía es de unos 430 kilómetros; hasta Cullera alrededor de 440 kilómetros; y hasta Dénia, ya en la provincia de Alicante, se sitúa en torno a los 460 kilómetros. Todos estos trayectos, realizados por carretera, confirman que el municipio se encuentra equidistante de los principales accesos al mar por el este peninsular.
Nombela pertenece a la comarca de Torrijos y cuenta con menos de 1.000 habitantes. Pese a su tamaño, el municipio tiene un notable patrimonio arquitectónico y cultural. Destaca la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Nombela, construida a lo largo del siglo XVI por autor desconocido.
Además de su relevancia geográfica, Nombela ofrece un entorno natural típico de los Montes de Toledo, con rutas de senderismo, paisaje de monte bajo y una atmósfera de tranquilidad rural que lo convierten en un destino atractivo para los amantes del turismo de interior.
El título del “punto más alejado del mar” se ha convertido en una seña de identidad para el municipio, que empieza a aprovechar este reconocimiento para potenciar su visibilidad en el mapa turístico nacional. La ubicación exacta ha sido determinada mediante estudios geográficos realizados por el Instituto Geográfico Nacional, que identificaron Nombela como el punto que más se aleja del litoral peninsular en cualquier dirección.
Este dato, aunque poco conocido, revela una vez más la diversidad geográfica de la Península Ibérica y contribuye a poner en valor rincones poco frecuentados del interior del país, como este pueblo toledano.
