viernes, 24 enero, 2025

Bolonia, 25 a帽os

El Proceso de Bolonia, iniciado en 1999, armoniz贸 la educaci贸n superior en Europa, promoviendo la movilidad y transformando significativamente el sistema universitario espa帽ol.

El proceso de Bolonia, impulsado por la Declaraci贸n de Bolonia de 1999, introdujo cambios significativos en la titulaci贸n universitaria europea con el objetivo de armonizar los sistemas de educaci贸n superior en el marco del Espacio Europeo de Educaci贸n Superior (EEES) y promover la movilidad de estudiantes y profesionales; lo que supuso una transformaci贸n m谩s o menos profunda del sistema universitario espa帽ol.

En s铆ntesis, se introdujo un sistema de tres ciclos que buscaba la separaci贸n entre los estudios de profesionalizaci贸n y los que iban dirigidos a formar a los investigadores. De esta forma, se implantaron de forma generalizada los estudios de Grado (4 a帽os), para tener su continuidad con los de M谩ster (1-2 a帽os) y Doctorado (hasta 4 a帽os).

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Por otra parte, con el fin de consolidar un espacio com煤n para el reconocimiento de las titulaciones en Europa, se sustituy贸 el sistema tradicional de cr茅ditos por un sistema de equivalencias y  transferencias, el Sistema Europeo de Transferencia de Cr茅ditos (ECTS, siglas en ingl茅s), en el que 1 cr茅dito equivale a 25 horas de aprendizaje y labores del estudiante.

En este misma l铆nea, el conocido como Plan Bolonia, llev贸 a cabo una renovaci贸n de los planes de estudio, con la finalidad de hacerlos m谩s flexibles, enfocados en el desarrollo de competencias y, sobre todo, m谩s alineados con el mercado laboral. Para algunos cr铆ticos, esta flexibilidad ha supuesto un gran esfuerzo por parte de los departamentos universitarios, que se han burocratizado en una espiral m谩s centrada en el dise帽o que en la profundidad en determinados campos de estudio. En este sentido, el debate sigue presente para cuestionar que una formaci贸n excesivamente centrada en competencias de corte profesional se lleve a cabo en detrimento de la formaci贸n integral de los universitarios.

La consecuencia de todo este proceso es que las universidades han alcanzado grandes niveles de autonom铆a para dise帽ar sus propios planes de estudio (aunque sujetas a la aprobaci贸n y supervisi贸n de las agencias de calidad nacionales o regionales), para promover la innovaci贸n y la adaptaci贸n de su oferta formativa a las necesidades locales o de su territorio  de influencia, especialmente en las universidades de corte provincial o regional, como la nuestra (UCLM). No obstante, esto tambi茅n suscita discusi贸n con relaci贸n a los riesgos que esto supone en  cuanto a la estandarizaci贸n y a la calidad, incluso por la dificultad que supone a los estudiantes para su movilidad entre universidades, fuera de los programas  institucionales; incluso para el reconocimiento autom谩tico de t铆tulos de un pa铆s a otro.

No obstante, a la vista de estos 25 a帽os, se puede comprobar que esta transformaci贸n de la universidad espa帽ola ha sido compleja y no exenta de dificultades como las que se derivan de la interpretaci贸n de la calidad en t茅rminos mercantilista asociados a m茅tricas y rankings, la financiaci贸n insuficiente, la precarizaci贸n del personal docente e investigador o la multiplicaci贸n de las universidades privadas, cuesti贸n esta que deber铆a hacer saltar las alarmas sobre la calidad, el mercadeo de t铆tulos, especialmente para estudios de postgrado; en definitiva, sobre la equidad en t茅rminos de acceso a la educaci贸n superior.

Con la aprobaci贸n de la Ley Org谩nica del Sistema Universitario (LOSU), en 2023, parece que se cierra el ciclo de reformas de la universidad espa帽ola para acometer algunas de las cuestiones pendientes del proceso de Bolonia. Principalmente, para equiparar la docencia con la investigaci贸n y la transferencia de conocimiento, en l铆nea con el objetivo de poner el promover una educaci贸n superior centrada en el estudiante y en los procesos de ense帽anza-aprendizaje en los que se ve inmerso. Por otra parte, como consecuencia de lo anterior, para reforzar la figura del docente, articulando una carrera acad茅mica  que permita mayor estabilidad.

En definitiva, han transcurrido 25 a帽os desde aquella revoluci贸n que transform贸 el panorama universitario, que abri贸 nuevas oportunidades, pero que mantiene retos que siguen pendientes para hacer de la universidad p煤blica el espacio para el conocimiento y la formaci贸n cr铆tica; alejada de los riesgos de la asfixia financiera y de un mercantilismo que nos distraiga de los objetivos principales; una universidad m谩s abierta y menos endog谩mica, alentadora del cambio social. En el contexto europeo, a pesar del 茅xito de programas como Erasmus y Erasmus+ que han favorecido la movilidad entre estudiantes y profesorado, en la pr谩ctica, un desarrollo bastante desigual del proceso Bolonia en los distintos pa铆ses todav铆a no ha permitido una convergencia real y efectiva de los sistemas universitarios en Europa.

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Luis Miguel Mi帽arro
Luis Miguel Mi帽arro
Doctor en Estudios Filol贸gicos. Antrop贸logo social. Maestro.
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