El debate sobre la gestión del agua ha vuelto a enfrentar con dureza al Partido Popular y al PSOE en las Cortes de Castilla-La Mancha. En una sesión marcada por las recriminaciones cruzadas, Carolina Agudo, secretaria general del PP regional, ha acusado al presidente Emiliano García-Page de «dejar morir el único consenso alcanzado hasta la fecha», en referencia al Pacto Regional por el Agua, mientras que el socialista Francisco José Barato ha reprochado al PP su «traición» al votar contra los intereses hídricos de la región en el Congreso.
Agudo acusa a Page de dejar morir el Pacto Regional por el Agua
Durante su intervención, Agudo denunció que las políticas hídricas del Ejecutivo de Page han sido “un auténtico desastre”. “Llevan 10 años con los pozos cerrados, los expedientes sin resolver, dotaciones ridículas y sin proyectar ninguna infraestructura comprometida”, afirmó. Criticó, además, que el Gobierno autonómico no haya implementado «ni una sola medida estructural derivada del pacto», y acusó a García-Page de guardar el documento «en un cajón».
La portavoz popular insistió en que el Pacto Regional por el Agua, firmado en diciembre de 2020, representa una posición clara que el PP mantiene: «La prioridad de la cuenca cedente y la defensa de las necesidades hídricas de Castilla-La Mancha frente a otras regiones». En su opinión, “el Gobierno socialista ha abandonado a los regantes”, especialmente en el Alto Guadiana, donde “se riega con menos del 50% de los derechos históricos”.
Barato dice que que “el PP traicionó a Castilla-La Mancha y ha perdido la autoridad para hablar del pacto”
En respuesta, el portavoz socialista de Desarrollo Sostenible, Francisco José Barato, defendió la actuación del Gobierno regional y aseguró que el PSOE “no utiliza el agua como un arma arrojadiza”, sino que la considera “un derecho irrenunciable para Castilla-La Mancha”. Acusó al PP de “autoexpulsarse” del Pacto Regional con su voto del pasado martes en el Congreso de los Diputados, que –según Barato– iba en contra de los intereses de la región.
“El PP traicionó a Castilla-La Mancha y ha perdido la autoridad para hablar del pacto”, afirmó Barato, recordando que el Gobierno de García-Page “lleva años luchando contra las injusticias del trasvase Tajo-Segura” y que se han logrado “modificaciones clave en las reglas de explotación”, así como sentencias favorables del Tribunal Supremo.
Barato defendió también las inversiones realizadas por el Ejecutivo regional: “Se ha actuado en infraestructuras de abastecimiento, depuración y modernización de regadíos”, subrayando el papel de la Tubería manchega para garantizar el abastecimiento en la llanura central de la región.
Ambas formaciones coinciden en la necesidad de priorizar los intereses hídricos de Castilla-La Mancha, pero discrepan frontalmente sobre quién está incumpliendo el pacto. Mientras el PP exige la reactivación de la Mesa del Agua y acusa al PSOE de inacción, los socialistas aseguran que el PP ha roto el consenso con su postura parlamentaria en Madrid.
El enfrentamiento vuelve a dejar al descubierto la fragilidad del consenso político en torno a uno de los asuntos más sensibles para la región: la gestión del agua y los trasvases.