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Hugo Morán: «No podemos decir que vamos a prescindir de los trasvases porque eso sería ilusorio»

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, considera que España ha hecho «un enorme esfuerzo en construcción de infraestructuras de gestión del agua y no puede renunciar a ninguna». «Si queremos dar certidumbre a los ciudadanos de que no se van a quedar sin agua, no podemos decir que vamos a prescindir de los trasvases porque eso sería ilusorio».

Así lo ha explicado este miércoles Hugo Morán, en un desayuno informativo organizado por Executive Forum, donde ha defendido que España debe construir «tres grandes embalses» porque «van a ayudar mucho a resolver el problema hacia el futuro».

«Esos tres embalses son: el ahorro, consumir menos agua; la eficiencia, consumir la mejor; y la reutilización, devolver al ciclo el agua que no consumimos. Si construimos colectivamente estos tres grandes embalses, estaremos disminuyendo mucho los problemas de tensiones futuras de disponibilidad de recursos», ha enfatizado.

En relación con las nuevas fuentes de agua no convencionales como la desalinización o la reutilización para superar este estrés hídrico, ha dicho que hay que ser «inteligentes» en la gestión de un recurso que es «escaso» y «allí donde se pueda hacer desalación se hace, para poder liberar la presión de aquellos territorios en los cuales no se puede disponer de ese recurso».

Morán ha subrayado también que, en la actualidad, en «todas las cuencas hidrográficas» de España la demanda ordinaria supera la capacidad de reposición ordinaria del propio recurso, por lo que ha rechazado la existencia de cuencas excedentarias y cuencas deficitarias.

Por otro lado, ha advertido de que la gestión de residuos nucleares «es barata porque se le está liberando de una parte de los costes» y que, en estos momentos, la internalización del coste de la gestión de los residuos nucleares «no cubre la totalidad» del mismo.

Sin entrar en la valoración de la pertinencia o no de apostar por este modelo energético, el secretario de Estado de Medio Ambiente ha afirmado que el sistema de gestión de residuos nucleares es «más caro, con muchísimo», que cualquier otro.

«No podemos hacernos trampas en el solitario y saber que al final de ese recorrido las cosas cuestan lo que cuestan, y eso hay que repercutirlo a quien hay que repercutirlo. En estos momentos, frente a quien dice que es una energía barata, desde mi punto de vista, en el ámbito de la gestión de los residuos es barata porque se le está liberando de una parte de los costes», ha declarado.

Para el secretario de Estado, «no se puede estar a favor de preservar la naturaleza ‘Ma non troppo'» o solo la parte que conviene. «En la naturaleza están las emisiones de gases de efecto invernadero y está la gestión de los residuos, con lo cual no desagreguemos lo uno de lo otro», ha zanjado.

«NEGACIONISMO» DE LAS ZBE

Preguntado sobre cómo asegurará el Gobierno que los ayuntamientos cumplen con la normativa de Zona de Bajas Emisiones (ZBE), Hugo Morán ha comentado que «inicialmente se montó una estructura de oposición» a la implantación de ZBE y que «por suerte, en este momento, solamente quedan nueve municipios recalcitrantes, que están instalados en el negacionismo».

A su juicio, lo razonable en política es «primero propiciar el acuerdo» y ofrecer herramientas normativas y económicas. «Pero cuando agotas todas estas vías y te encuentras con que, en contra del criterio científico y técnico, siga habiendo quien considera que es más rentable no hacerlo, entonces tú tienes que tomar la decisión de ‘si usted no va a defender a sus vecinos, voy a hacerlo yo’. Y entonces el paso siguiente ya son las medidas coercitivas», ha avisado.

En su intervención, Morán ha afirmado que, en términos abstractos, el conjunto de los ciudadanos está convencido, porque además los datos científicos son «abrumadores», de que «el cambio climático es probablemente el problema de mayor envergadura que haya tenido que abordar nunca antes la humanidad en su conjunto».

«Esto, teóricamente, debería de llevarnos a la reflexión de que toda política que vaya encaminada a resolver el problema del cambio climático será mayoritariamente aceptada, sin problema. En abstracto sí, pero cuando uno baja a lo concreto, entonces empiezan a aparecer algunas reticencias», ha apuntado, poniéndo como ejemplo el caso de la dana de Valencia y la ocupación de las zonas inundables.

Morán ha explicado que todo el mundo está de acuerdo en que suponen un «altísimo riesgo» y en que «debería de resolverse». «Pero cuando uno desciende al territorio y dice ‘este es el proyecto que hay que poner en marcha para poder acometer esa respuesta’, ahí está asentada actividad económica, personas que viven ahí, familias, conocimiento de generaciones, aprovechamiento del territorio, y entonces la cosa empieza a ser un poco más compleja», ha apostillado.

El secretario de Estado ha señalado a la ocupación de la primera línea de playa como «algo sintomático». «Es decir, la ciencia nos dice lo que tenemos que hacer. Desde la responsabilidad política hay que hacerlo. El problema es cómo construir un espacio de entendimiento social para poder hacerlo sin que se generen grandes quiebras sociales», ha reflexionado.