No hace falta cruzar fronteras para sentirse en Italia. Basta con viajar hasta Viso del Marqués, en la provincia de Ciudad Real, para encontrarse con un pedazo de Renacimiento puro: el Palacio del Marqués de Santa Cruz. Este imponente edificio del siglo XVI, construido por el legendario almirante Álvaro de Bazán, combina la elegancia de los palacios italianos con la grandeza de la historia naval española. Su belleza fue tal que el director Álex de la Iglesia lo convirtió en el mismísimo Vaticano en su serie “30 Monedas”, rodada en parte en Castilla-La Mancha.
Levantado entre 1564 y 1588, el Palacio de los Marqueses de Santa Cruz es una obra monumental que desborda arte e historia. Álvaro de Bazán, vencedor en Lepanto y héroe de Felipe II, quiso erigir aquí su residencia, un punto estratégico entre Madrid y las bases de sus escuadras en Cádiz, Cartagena y Lisboa. Encargó su diseño al arquitecto genovés Giovanni Battista Castello, conocido como El Bergamasco, quien reunió a un selecto grupo de artistas italianos para plasmar en piedra y color el poder y el linaje del marino español.
El resultado fue un prodigio del manierismo: un edificio de planta cuadrada con patios porticados, escaleras monumentales y más de 8.000 metros cuadrados cubiertos de frescos. Giovanni Battista Peroli, Esteban Peroli y César de Bellis fueron los maestros que llenaron techos y muros de mitología, batallas y símbolos familiares. Sus pinturas, de una riqueza inusual, representan uno de los conjuntos pictóricos más extensos del Renacimiento español.

Cada rincón del palacio es una lección de arte y poder, donde los dioses Marte y Hércules custodian las escaleras y las figuras funerarias de Alonso de Bazán y María de Figueroa evocan la solemnidad de la nobleza del Siglo de Oro.
Su sobria fachada, con un arco de medio punto y columnas dóricas, apenas deja entrever la fastuosidad interior que inspiró a De la Iglesia para recrear el corazón del Vaticano. La decisión no sorprende: pocas construcciones en España concentran tanta influencia italiana y tanto simbolismo histórico.

Desde 1948, el edificio acoge el Archivo General de la Marina Don Álvaro de Bazán, tras ser restaurado y adaptado por la Marina Española. Pero más allá de su función institucional, el palacio sigue siendo un viaje en el tiempo: un lugar donde el arte, la historia y el cine se encuentran.
Visitarlo es, en definitiva, viajar a la Italia renacentista sin salir de La Mancha. Y para los espectadores de “30 Monedas”, un descubrimiento visual que confirma que, en pleno corazón de Ciudad Real, se alza un palacio digno del Vaticano.


