El Ayuntamiento de Bolaños de Calatrava celebra y apoya la iniciativa de tres voluntarias de la Asociación Cultural y Deportiva Jeyma, que este verano llevarán la solidaridad bolañega hasta Bolivia. Alarcos, Laura y María Ángeles viajarán a Cochabamba para colaborar en el Centro de Educación Jaihuayco, una institución que desde hace más de 30 años trabaja con niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad en el barrio de Jaihuayco.
Conscientes de las grandes dificultades que enfrentan las familias de esta comunidad, las voluntarias de Jeyma han desarrollado el “Proyecto Jaihuayco”, un ambicioso plan que busca fortalecer la educación y el bienestar de la infancia y juventud local. Entre los objetivos más destacados de este proyecto se encuentran la creación de una biblioteca con libros de lectura y texto para mejorar el aprendizaje, la implementación de un aula de informática para reducir la brecha digital, el establecimiento de un botiquín de primeros auxilios y la colaboración directa en las actividades educativas del centro.
Además, el domingo pasado, 1 de junio, estas tres voluntarias estuvieron presentes en el Mercadillo Municipal de Bolaños de Calatrava, donde pusieron a la venta productos solidarios —tazas, camisetas, cestas y más— para recaudar fondos que permitan financiar el proyecto. También se podrá colaborar donando material escolar, libros o recursos que ellas mismas llevarán a Bolivia.
El Centro de Educación Jaihuayco atiende actualmente a 70 niños y niñas en edad escolar y a 55 padres, madres o tutores, ofreciendo apoyo escolar, talleres formativos, atención psicológica y actividades que fomentan la equidad y las habilidades parentales. Todo este trabajo se sostiene gracias a la entrega de personas voluntarias y al compromiso de la sociedad civil, sin contar con financiación externa.
Con este viaje solidario, Alarcos, Laura y María Ángeles demuestran una vez más el fuerte espíritu de asociacionismo y solidaridad que caracteriza a Bolaños de Calatrava, llevando el nombre de nuestro pueblo hasta el otro lado del Atlántico. Su dedicación y generosidad son un ejemplo de cómo el compromiso local puede tener un impacto global, abriendo nuevas oportunidades para quienes más lo necesitan.