Unas 24.000 personas en Castilla-La Mancha -23.960- podrán beneficiarse de la tarjeta monedero dedicada a la compra de productos de alimentación, limpieza e higiene entre los años 2025 y 2028 tras el visto bueno del Gobierno regional a una inversión de 12 millones de euros procedentes del Fondo Social Europeo.
Así lo ha trasladado la consejera portavoz del Gobierno regional, Esther Padilla, en rueda de prensa para dar cuenta de los asuntos aprobados en Consejo de Gobierno.
Este programa tiene como objetivo facilitar el acceso a productos de alimentación, de higiene y limpieza «sin imponer condiciones ni generar estigmas». La tarjeta monedero permite a las familias hacer sus compras en los supermercados que se acojan al mismo, eligiendo libremente los productos que están permitidos, «en lugar de recibir bolsas cerradas o un menú cerrado como hasta el año pasado».
Se podrán beneficiar las familias con hijos a cargo que se encuentran por debajo del 40% del nivel medio de ingresos establecido que hay en España, que está en torno a los 22.300 euros.
El Gobierno autonómico se encargará de gestionar y hacer llegar estos fondos, a diferencia del año pasado, cuando esta gestión la desempeñó el Gobierno central con Cruz Roja.
Castilla-La Mancha será la encargada de gestionar este programa directamente con la entidad colaboradora que resulte adjudicataria de esos 12 millones de euros. De manera que, cuando los servicios sociales determinen que una familia necesita o es merecedora de esta tarjeta monedero, la entidad gestora se encargará de la tramitación para entregársela.
Tal y como ha destacado Padilla, «los datos de años anteriores avalan el éxito de este programa». En 2024, Castilla-La Mancha además «fue una de las pocas comunidades autónomas que ejecutó el 100% del presupuesto que se había asignado». Fueron 2.600 tarjetas emitidas y se beneficiaron más de 10.000 personas.
Este programa de tarjetas monedero no solo proporciona recursos básicos que son esenciales para la vida de las familias, sino que también incluye un seguimiento profesional personalizado y un acompañamiento social a las familias que lo necesitan.
«No es cuestión de darles la tarjeta y que ellos se apañen, sino que los servicios sociales establecen también un seguimiento y un acompañamiento con ellos para ayudarles incluso con temas de orientación, para ayudarles a seguir adelante», ha afirmado la consejera portavoz.
Además, está contemplado también que en los casos de las zonas rurales donde no están los supermercados adheridos al programa y no pueden hacer la compra en esos supermercados, se establece la adjudicación de ayudas de emergencia social, otra línea que tiene la Consejería de Bienestar Social.
«Pretendemos que ninguna familia tenga que elegir entre encender la calefacción, el ventilador o hacer la compra, sino que con los distintos recursos, puedan salir adelante aunque la situación sea muy complicada, pero que tengan garantizado la alimentación, la higiene y la limpieza de la casa», ha afirmado Esther Padilla.