Castilla-La Mancha ha conmemorado este sábado su Día grande con un emotivo acto institucional celebrado en el Palacio de Congresos de Albacete, en el que se han entregado 43 distinciones a personas y entidades que representan lo mejor de la región en diversos ámbitos. Un evento en el que se ha puesto de relieve el orgullo de pertenencia a una tierra que sigue apostando por la justicia social, el desarrollo colectivo y la igualdad de oportunidades, y donde se ha insistido en la necesidad de mantener una financiación justa y un modelo autonómico inclusivo y consensuado.
El acto ha estado presidido por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y ha contado con la participación de los presidentes de las cinco diputaciones provinciales, el presidente de las Cortes, Pablo Bellido, miembros del Gobierno regional, representantes políticos, institucionales y de la sociedad civil, además del alcalde de Albacete, Manuel Serrano.
Luis Cobos: “Esta tierra es una sinfonía hecha de sueños, esfuerzo y libertad”
Uno de los momentos más destacados ha sido la entrega de la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha al músico, compositor y director de orquesta Luis Cobos, nacido en Campo de Criptana (Ciudad Real), quien agradeció el galardón “con profunda emoción y un sincero sentimiento de gratitud”.
Cobos definió la distinción como “un homenaje colectivo a la diversidad de talentos, trayectorias y sueños que hacen de Castilla-La Mancha una tierra viva, rica y profundamente humana”. En su intervención, recordó con emoción su tierra natal, a la que describió como “tierra de anhelos, de vino y sudor, de música y corazón”, y abogó por mantener el equilibrio entre tradición y modernidad: “Que convivan en armonía sin que ninguna tenga que renegar de la otra”.
El músico defendió también la música como “uno de los pilares de nuestra convivencia” y resaltó que “Castilla-La Mancha no es solo un lugar en el mapa, es una manera de ser y de mirar la vida”.
Monseñor Arellano: “Aquí se lucha por la verdad y el bien común, no con violencia”
El otro gran reconocimiento del día fue para monseñor Alejandro Arellano, natural de Olías del Rey (Toledo) y actual decano del Tribunal de la Rota Romana, quien recibió igualmente la Medalla de Oro de la región. Agradeció el reconocimiento “como un hijo de la Iglesia a la que debo todo cuanto soy y todo cuanto tengo”, y lo interpretó como un gesto hacia toda la institución eclesiástica “a la que he vinculado mi vida”.
En un discurso comprometido, Arellano denunció la “violencia fratricida” y las guerras que causan dolor a los más vulnerables, especialmente mujeres y niños. Frente a ello, alabó la forma de actuar en Castilla-La Mancha, “donde también se lucha, pero con armas incruentas, por la verdad, la justicia y el bien común”.
Concluyó su intervención con un llamamiento a construir una región “más justa, más libre y más bella para todos”, invocando a la Virgen de los Llanos y a la Virgen del Sagrario para que “nos protejan en ese camino”.
García-Page defiende el consenso, la equidad y los servicios públicos
El presidente autonómico, Emiliano García-Page, aprovechó el acto para poner en valor los avances conseguidos en Castilla-La Mancha en los últimos años, destacando especialmente el reciente acuerdo parlamentario para la reforma del Estatuto de Autonomía, alcanzado esta misma semana entre PSOE y PP. “No queremos ser más, pero desde luego no nos vamos a conformar nunca con ser menos”, afirmó con rotundidad, asegurando que defenderá esta posición en la próxima Conferencia de Presidentes.
Reivindicó también una financiación autonómica equitativa, “sin privilegios” para ninguna comunidad, y defendió el modelo de gestión regional: “Todas las competencias que nos hemos atrevido a asumir van mucho mejor que cuando estaban en el Estado, y esto va más allá de la izquierda y de la derecha”.
Entre los datos más destacados, García-Page mencionó que “uno de cada cuatro empleos se han creado en los últimos diez años”, la incorporación de más de 5.000 nuevos docentes, y los avances en Sanidad, Dependencia y atención a personas con discapacidad. “¿Para qué merece la pena tanto trabajo si no es para compartir esa riqueza?”, se preguntó, apelando a una gestión útil, no ideologizada, que ponga a las personas en el centro.
Una celebración que refuerza la identidad castellanomanchega
Además de las Medallas de Oro, el Gobierno regional concedió 17 títulos de Hijas e Hijos Predilectos, doce de Hijas e Hijos Adoptivos y doce Placas al Mérito Regional, reconociendo trayectorias destacadas en el ámbito cultural, social, científico, empresarial y humanitario. Distinciones que, como señaló García-Page, “son del alma, del corazón y de la cabeza, porque avalan trayectorias marcadas por el esfuerzo, el talento y el compromiso”.
El acto institucional del Día de Castilla-La Mancha 2025 ha servido no solo para rendir homenaje a figuras representativas, sino también para reafirmar los valores que caracterizan a esta comunidad: la solidaridad, el esfuerzo colectivo, la defensa de lo común y la proyección de una tierra que sigue creciendo sin olvidar sus raíces.
Una celebración que ha puesto el foco en las personas y en la identidad compartida de una región que apuesta por seguir construyendo futuro desde el respeto, la inclusión y la cohesión social.