El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha mostrado confiado en que la periodista Leire Díez no tenga relación directa con la dirección del PSOE pues, a su juicio, «sería dar por hecho que, por primera vez, en un partido como el PSOE hay trabajo sucio», algo, ha dicho, que «nunca» ha visto.
De este modo ha reaccionado el también líder de los socialistas castellanomanchegos en el programa de Ana Rosa, después de que se haya publicado que esta exteniente de alcalde del PSOE en un pueblo de Cantabria ha trabajado en nombre del PSOE para recopilar información sobre el jefe del Departamento de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Antonio Balas.
«Esto es grave. Yo no sé si esta señora es todavía compañera del Partido Socialista, si es militante. Creo que con Ábalos se adoptaron medidas más rápidas», ha defendido García-Page, que ha añadido que a quien tenga «un mínimo de corazón socialista, esto no nos puede hacer nada más que un inmenso dolor».
De ahí que haya pedido a su partido «atajar por completo cualquier tipo cualquier tipo de especulación sobre lo que pudiera ser trabajos sucios» dentro de la formación.
Dicho esto, también se ha mostrado preocupado por el hecho de que Leire Díaz, en lo vídeos que se publicaron este lunes, hable en plural.
«Yo no sé a qué plural se refiere, desde luego yo no me siento incluido y me produce bochorno escuchar estas cosas. Quiero creer sinceramente que no tiene relación directa con la dirección del partido, porque eso sería dar por hecho que, por primera vez en un partido como el PSOE, y yo los llevo conociendo toda mi vida, hay trabajo sucio. Eso nunca lo he visto».
Tras aseverar que en el PSOE han tenido «mil problemas de todo tipo», ha insistido en que a lo largo de su trayectoria de militancia en el PSOE, «nunca ha visto esa labor» y, encima, «con unos tipos de personajes muy chuscos».
«Es realmente una tropa de cuidado, una tropa tremenda, de la que yo creo que el PSOE tiene que hacer punto y final. No digo que volvamos a los movimientos tan expeditivos como con Maxim Huerta, aquel primer ministro de Cultura que en tres minutos tuvo que dimitir por un problema en el currículum», ha criticado.
DESCARTA QUE HAYA «CACERÍA» CONTRA EL PSOE
Sobre la UCO, y tras recordar que se creó en el 1987 con el gobierno de Felipe González, precisamente para combatir más eficazmente los delitos financieros y de corrupción, interviniendo desde entonces en casos que han afectado al PSOE y al PP, ha recordado que Pedro Sánchez llegó a la Presidencia del Gobierno «como consecuencia de una moción de censura después de una sentencia muy dura contra el Partido Popular por corrupción».
«De manera que si hay algo en lo que no se podía pecar bajo ningún concepto, después de haber entrado por un caso de corrupción del adversario, es precisamente en algo parecido. Y en aquellos entonces, también el PP hablaba de cacería», ha agregado García-Page, que ha pedido confiar en las instituciones del Estado y en la UCO, «que está actuando, sea quien sea el mando, a las órdenes de los jueces».
Señalando que él «es del PSOE» y no se siente «en ninguna cacería», se ha referido que en este caso se trata de «nombres y apellidos los que se sienten involucrados, no son concretamente todo un partido».
Tras alertar de que con personajes como «Aldama o Koldo, que tienen toda la pinta de una industria del crimen, no puede salir nada bueno», ha declarado que le «asusta saber que quedan miles de mensajes por aparecer, que van a terminar aflorando».
MUESTRA PREOCUPACIÓN
«Yo creo que, sinceramente, es para estar preocupado», ha insistido el líder de los socialistas castellanomanchegos, a quien le cuesta mucho creer «que haya gente que se tome la militancia del PSOE como una labor de cañerías o de fontanería a ver qué puede conseguir de trapos sucios».
«He preguntado a bastantes cargos de aquí, de la Comunidad Autónoma, si conocían a esta señora y, afortunadamente, no. Me queda por preguntar gente del entorno de la Administración del Estado, los subdelegados del Gobierno. A esa gente también le tengo que preguntar si realmente lo conocían, pero espero que no», ha concluido.
SORPRENDIDO POR EL «SEGUIMIENTO MINUCIOSO» DE SÁNCHEZ
En cuanto a los mensajes de WhatsApp que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, intercambio con el exministro de Transportes José Luis Ábalos, en el que le calificaba de «tocacojones», tras calificarlos de «anecdótico, con todo lo que está cayendo», ha asegurado que hace ya «mucho tiempo que los mensajes amenazantes o un tanto ofensivos» le dejaron de preocupar.
Aunque ha indicado que dejo de atender ese tipo de mensajes «ofensivos», porque es una persona «bastante autónoma», ha considerado que los presidentes autonómicos han sido, «desde el primer momento un problema para la dirección que salió de las primeras primarias».
«Es evidente que en el modelo que alguien tendría en la cabeza de partido no se comparte el poder, no se comparte la opinión. Lo que más me llamó la atención, es que esos mensajes, los más hirientes, los más ofensivos, ni siquiera eran de boca de Ábalos, en realidad eran del propio presidente, del secretario general del partido. Me sorprende que tenía un seguimiento minucioso de cada declaración, de cada comentario, lo cual, francamente, es de un estrés que genera una infelicidad enorme. Pero me lleva a pensar que está pendiente de todo y que está detrás de todos los movimientos», ha terminando apostillando.
SOBRE GALLARDO Y LOS AFORAMIENTOS
De otro lado, y preguntado por el aforamiento del secretario general del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo, y sobre su propuesta de eliminar los aforamientos en Extremadura, el presidente de Castilla-La Mancha ha asegurado que él no es partidario de «tomar medidas en caliente nunca». «Las cosas hay que hacerlas en contexto y la legislación en realidad hay que verla en conjunto», ha apuntado.
De este modo, ha defendido que «un aforamiento no es ni con mucho un privilegio» y tiene sus explicaciones desde el punto de vista constitucional. «Los cargos públicos estamos expuestos a multitud de denuncias, la mayoría de ellas absolutamente absurdas, las tenemos todos los días y eso evidentemente significa que estamos expuestos además con muchísima más tribunal de opinión pública desde el minuto uno», ha dicho.
Dicho esto, ha hecho hincapié en que los aforamientos no afectan solo a los políticos, sino que afectan también a «multitud» de funcionarios y a buena parte del sistema judicial español.