Castilla-La Mancha es una tierra marcada por su legado histórico y cultural, que se refleja en algunos de sus monumentos más representativos. Desde fortalezas medievales hasta joyas modernistas, estos emblemas no solo definen el paisaje urbano de la región, sino que también narran su evolución a lo largo del tiempo. A continuación, repasamos algunos de los monumentos más emblemáticos y la antigüedad que los acompaña.
Alcázar de Toledo (más de 1.000 años)
Ubicado en una posición estratégica sobre la ciudad, el Alcázar de Toledo es uno de los símbolos más reconocibles de Castilla-La Mancha. Sus orígenes se remontan al siglo III como fortificación romana, aunque su configuración actual data principalmente del siglo XVI, cuando fue reconstruido durante el reinado de Carlos V.
A día de hoy, el edificio cuenta con más de 1.000 años de historia documentada y ha tenido un papel destacado en múltiples periodos, desde la Reconquista hasta la Guerra Civil.

Catedral de Santa María y San Julián de Cuenca (casi 800 años)
La catedral de Cuenca, iniciada en el año 1196 y consagrada en 1208, fue uno de los primeros ejemplos del gótico anglonormando en España. A lo largo de los siglos ha sufrido varias reformas y ampliaciones, especialmente en los siglos XV y XVIII.
Actualmente, cuenta con más de 800 años de antigüedad y sigue siendo uno de los principales símbolos religiosos y arquitectónicos de la región.

Molinos de Viento de Campo de Criptana (alrededor de 500 años)
Los célebres molinos de viento de Campo de Criptana, popularizados por Miguel de Cervantes en El Quijote, datan del siglo XVI. Aunque algunos han sido restaurados, se conservan estructuras originales con más de 500 años de historia.
Estas construcciones siguen siendo uno de los mayores reclamos turísticos de la provincia de Ciudad Real y un icono del paisaje manchego.

Casas Colgadas de Cuenca (al menos 600 años)
Estas singulares edificaciones, suspendidas sobre la hoz del río Huécar, son uno de los principales atractivos de Cuenca. Aunque su origen exacto es difícil de precisar, los primeros documentos que mencionan las Casas Colgadas datan del siglo XV, lo que les otorga una antigüedad de al menos 600 años.
Hoy en día, algunas de ellas albergan el Museo de Arte Abstracto Español.

Museo del Greco (más de 100 años)
Situado en Toledo, el Museo del Greco fue inaugurado en 1911 para preservar y difundir la obra del pintor Doménikos Theotokópoulos, conocido como El Greco. Aunque no se encuentra en la casa original del artista, el edificio recrea un ambiente renacentista toledano y cuenta con más de un siglo de historia.
Actualmente es uno de los centros culturales más visitados de la ciudad.

Pasaje de Lodares en Albacete (algo más de 100 años)
Este pasaje modernista fue inaugurado en 1925 y se ha convertido en uno de los emblemas arquitectónicos de Albacete. Con algo más de 100 años, destaca por su estructura cubierta, sus detalles neorrenacentistas y su uso comercial y residencial.
Es una de las pocas galerías de este estilo que se conservan en España.

Estos monumentos, con edades que oscilan entre los 100 y los más de 1.000 años, son testimonio del paso del tiempo y del rico legado histórico de Castilla-La Mancha. Conservados y restaurados, forman parte del patrimonio cultural y turístico que sigue atrayendo a visitantes de todo el mundo.
Sin embargo, son solo algunos de los monumentos más emblemáticos seleccionados por su relevancia histórica y su reconocimiento popular, ya que Castilla-La Mancha cuenta con un patrimonio monumental mucho más amplio y diverso.
Entre otros ejemplos destacados se encuentran el Castillo de Belmonte, una impresionante fortaleza gótica del siglo XV en la provincia de Cuenca; el Monasterio de San Juan de los Reyes en Toledo, construido por orden de los Reyes Católicos; la iglesia de San Pedro en Consuegra, de origen mudéjar; o el Parque Arqueológico de Segóbriga, que conserva restos romanos de gran valor. Cada provincia alberga numerosos tesoros arquitectónicos que reflejan la riqueza cultural y la historia milenaria de la región.