ASAJA Castilla-La Mancha ha criticado duramente que se intente confundir a la opinión pública en relación a las nuevas reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura y que suponen una modificación de la normativa que debería haberse hecho hace un año, tal y como se recoge en Real Decreto 35/2023 de 24 de enero que incluía el nuevo Plan Hidrológico para la cuenca del Tajo. Otra cosa, ha aclarado la organización, es la planificación hidrológica de cuarto ciclo (periodo 2028-2033), cuyos documentos iniciales están en fase de consulta pública y sobre los que habrá que estar vigilantes.
En este sentido se ha pronunciado el presidente de ASAJA Castilla-La Mancha, José María Fresneda, quien ha lamentado que se aplique “la teoría de la confusión para seguir manteniendo intereses políticos y económicos y perjudicar gravemente a los agricultores. No se pueden hacer un totum revolutum con todo lo relacionado con el agua”.
Las reglas vigentes del trasvase se diseñaron basándose en unas previsiones de aportaciones hídricas que no se ajustan a la realidad desde hace más de cuarenta años. “Es raro ver los embalses por encima del 40 %, y cuando lo hacen, pronto vuelven a bajar. La media cae por debajo del 30 %. Se han rozado mínimos técnicos de explotación” ha incidido Fresneda.
Esto ha generado un daño importante a la cuenca del Tajo en su conjunto y a los municipios ribereños en particular. Un impacto ambiental, social y económico que no se habría producido si realmente se hubieran trasvasado solo excedentes, como marca la legislación.
Además, cabe recordar que la cuenca cedente es prioritaria y ello supone que debe atender todas sus necesidades: consumo, caudales ecológicos, objetivos ambientales… pero también las necesidades agrícolas, industriales e, incluso, los aportes de agua a la cuenca del Guadiana a través de la Tubería Manchega, una infraestructura para abastecer a una población objetivo de más de 300.000 personas que no tienen otra opción para este recurso.
Fresneda ha explicado que “es un sinsentido trasvasar agua del Tajo mientras se precisan camiones cisterna para abastecer a los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía. No se trata de garantizar el abastecimiento del Levante a cambio de vaciar la cuenca del Tajo y obviar las graves consecuencias que ello conlleva. El impacto ambiental, social y económico no se habría producido si realmente se hubieran trasvasado solo excedentes, como marca la legislación”.
Por ello, ha lamentado que, “ahora que podemos ver una luz, se recurre nuevamente al conflicto, y así nunca podremos llegar a ningún acuerdo. Enfrentar a los regantes demuestra una gran irresponsabilidad, no se trata de una guerra del agua, sino del cumplimiento de la legalidad vigente”.
En esta línea ha criticado que “es muy fácil tildar inmediatamente de insolidario a quien se opone al trasvase sin recordar que la única opción de agua que tenemos en Castilla-La Mancha es la del Tajo, mientras que en el Levante tiene otras infraestructuras que hemos pagado entre todos los españoles, como son las desaladoras”.
ASAJA CLM también ha recordado que el porcentaje de regadío en Castilla-La Mancha en comparación con el de España es mínimo y, “de la misma manera que el Levante quiere incrementarlo, nosotros también, pero se han paralizado los regadíos porque no había agua en esta región”.
La organización agraria ha hecho un llamamiento al consenso global en torno al Tajo y ha insistido en que no se permita que “los que buscan el enfrentamiento marquen la hoja de ruta para la defensa de los agricultores, regantes o no regantes, de Castilla-La Mancha. Esto va de resolver un problema gravísimo, no de hacer política”, ha concluido Fresneda.