La Audiencia Provincial de Cuenca juzga este miércoles a A.M.T., repartidor que se enfrenta a una pena de tres años y tres meses de cárcel por atentar contra la libertad sexual y la integridad moral de una asistenta de una casa a donde habÃa acudido a entregar un paquete.
Tras decirle que estaba muy guapa, le propuso mantener relaciones sexuales utilizando la expresión «vamos a echar un polvo», sin que desistiera su actitud ante la manifiesta negativa de ella, «tremendamente humillada y asustada por la situación en la que se encontraba», según la FiscalÃa.
El acusado llegó a franquear la puerta del domicilio mientras insistÃa en su propuesta sexual. La perjudicada le propinó un empujón para echarlo de la vivienda y cerró la puerta.
El escrito describe que lo acontecido ha desencadenado en la vÃctima el padecimiento de una situación de depresión severa, trastorno ansioso depresivo y trastorno por estrés postraumático con sÃntomas tales como reexperimentación persistente, dificultades para conciliar el sueño, irritabilidad o ataques de ira, dificultad para concentrarse o hipervigilancia. Además, habrÃa perdido su trabajo por la imposibilidad de acudir al mismo entorno en el que sucedieron los hechos.
A la perjudicada se le ha reconocido una incapacidad permanente total para su profesión habitual y ha precisado tratamiento médico por el estrés postraumático.
Los hechos son constitutivos de un delito contra la libertad sexual de acuerdo con los artÃculos 178, 191 y 192 del Código Penal en su redacción más favorable para el acusado. Subsidiariamente son también constitutivos de un delito contra la integridad moral previsto en el artÃculo 173 del mismo cuerpo legal.
La FiscalÃa pide para el acusado dos años de prisión por el primer delito y un año y tres meses por el segundo, inhabilitación durante siete años para profesiones en las que tenga contacto con menores de edad, libertad vigilada también durante siete años y prohibición de acercamiento y comunicación a la vÃctima.
Además, se le reclama una indemnización para la vÃctima que podrÃa ascender a 29.000 euros por las lesiones psÃquicas y las secuelas.