El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano GarcĂa-Page, ha asegurado este lunes que «no podemos estar de brazos cruzados» ante el cambio climĂĄtico y las exigencias ambientales, pero ha advertido de que los agricultores y los ganaderos «no son los enemigos».
«A lo mejor tienen que cambiar cosas, pero no como enemigos, sino como vĂctimas quizĂĄs de un cambio necesario que nos obliga a toda la sociedad como tenemos que cambiar nuestros hĂĄbitos en el dĂa a dĂa y queremos ayudar en ese sentido», ha afirmado GarcĂa-Page desde Manzanares donde ha acudido a colocar la primera piedra del nuevo Centro de EducaciĂłn de Personas Adultas (CEPA) ‘San Blas’.
Con motivo de la reuniĂłn que mantendrĂĄ este lunes el ministro de Agricultura, Pesca y AlimentaciĂłn, Luis Planas, con las comunidades autĂłnomas ante la crisis del campo, el presidente de Castilla-La Mancha ha agradecido que el ministro estĂ© «muy sensibilizado y sea proactivo», y ademĂĄs estĂ© en fase de escucha de las consejerĂas, lo cual -ha dicho GarcĂa-Page- «no es habitual».
«Nosotros tenemos una estrategia que si sale adelante, cualigando todas las opciones que hay de las distintas comunidades autĂłnomas, podemos plantear una plataforma de cambio, de reforma, de mejora en la gestiĂłn del campo español y por tanto europeo, que es muy Ăștil».
SegĂșn ha manifestado el presidente regional, «hay que intentar conducir toda la energĂa movilizadora de estas movilizaciones Ășltimas hacia objetivos realistas y posibilistas». Lo contrario -ha admitido- «nos puede conducir simple y llanamente a la melancolĂa».
«Una cosa es movilizarse y otra cosa muy distinta es conseguir. Y para conseguir hay que plantear metas posibles, realistas y por supuesto con encaje legal. Creo que ese es el gran reto que tenemos entre los distintos gobiernos autonómicos», ha incidido.
Dicho esto, ha abogado por sacar del mundo de la gestión agroambiental en España y en Europa «cualquier tipo de fanatismo».
«No podemos estar de brazos cruzados ante el cambio climĂĄtico y las exigencias ambientales, pero los agricultores y los ganaderos no son los enemigos. A lo mejor tienen que cambiar cosas, pero no como enemigos, sino como vĂctimas quizĂĄs de un cambio necesario que nos obliga a toda la sociedad como tenemos que cambiar nuestros hĂĄbitos en el dĂa a dĂa y queremos ayudar en ese sentido», ha concluido.