El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha confiado en que el candidato de Junts+, Carles Puigdemont, no va a ser presidente de la Generalitat y va a quedar «en espera, simplemente, de la amnistía», después de las elecciones catalanas del pasado domingo, tras las que ha querido advertir también de que «pasa mucha factura a los partidos nacionales en España pactar con el independentismo».
A preguntas de los medios tras visitar el tráiler de la ‘Ruta Enfermera’ que promueve el Consejo General de Enfermería, en Toledo, García-Page ha comentado que también en Cataluña «pasa factura al independentismo su colaboración con partidos nacionales o con el gobierno de España».
«Es evidente, en los dos lados, es evidente que la sociedad española entiende que cada uno tiene su espacio y que cuando se mezclan produce problemas para ambas partes», ha indicado el dirigente socialista, que ha deseado que Puigdemont no sea presidente -«y no va a serlo», ha subrayado- «salvo que jueguen al caos y a que haya bloqueo y nuevas elecciones y vuelvan a poner la pelota en juego otra vez, cosa que no se merece ni Cataluña ni nadie».
A su juicio, lo que han dejado claro estas elecciones es «que la sociedad catalana ha visto que el independentismo va a lo suyo, que no es lo que le interesa a la sociedad catalana». Además, ha opinado que «Puigdemont tendría que, alguna vez, cumplir alguna cosa», recordando que «dejó muy claro, y ha computado en las elecciones, que si no era presidente se retiraba de la política». «Bueno, pues estaremos pendientes, para recordárselo por lo menos», ha avisado.
En cuanto al pacto más probable en Cataluña, ha sumido que «una cosa es que haya gobierno y otra cosa es que el gobierno gobierne, pueda gobernar. Son cosas distintas», ha añadido, recordando que «estamos en momentos de demasiadas experiencias políticas muy novedosas» y «puede haber gobierno y no haber gobernabilidad. Puede mantenerse alguien en el gobierno y, sin embargo, no hacer nada de lo que había prometido».
«Para mí, gobernar significa poder cumplir con lo que has prometido. Cuando no puedes hacerlo, o mejor, cuando te ves obligado a hacer lo contrario de lo que has prometido, yo a eso no le llamo gobernabilidad, le llamo simplemente ocupación del poder. Y no le deseo a Cataluña que pase lo que pasa en otras instancias, simplemente. Yo creo que hay que intentar cumplir» pero eso, ha declarado, «exige que demuestren responsabilidad los independentistas y, precisamente, de responsabilidad no están especialmente sobrados».
Preguntado por si estos resultados refrendan la política del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con los partidos independentistas, Emiliano García-Page ha precisado que «las políticas del Gobierno de España no necesitan de validación en Cataluña» pues «la validación que requieren las políticas españolas es en el conjunto de España y las catalanas en Cataluña» y por tanto, ha agregado, «se hacen análisis entre vasos que no son comunicantes».
«A mí la única validación que me importa si fuera dirigente nacional es la que te da el país, no la que te da una parte del país, sólo faltaría que entonces el resto estemos bailando al baile de la decisión y que la soberanía se traslade directamente a Cataluña. Esa lectura yo, desde luego, no estoy dispuesto a hacerla», ha aseverado el socialista castellanomanchego.
ROMPER EL FRENTISMO
En este contexto, y sobre los resultados del candidato del PSC, Salvador Illa, ha asegurado que lo que ha validado el elector catalán ha sido su perfil «moderado, incluyente, e incluso un perfil con un mensaje en estas elecciones que ha sido transversal, alejado del frentismo».
A su juicio, «toda la campaña de Salvador Illa ha girado en torno a evitar los frentes, ese frente binario que se produce en España y que se produce también en Cataluña. En realidad, él ha intentado romper el frentismo y creo que, sinceramente, es el único que está en condiciones de poder dirigir Cataluña».
Según Emiliano García-Page, ahora «se trata, en estos próximos años, de intentar que los políticos en Cataluña, de Cataluña, estén pendientes de los catalanes. Es el momento de los catalanes, de las catalanas, más que del concepto en sí mismo de Cataluña y, sobre todo, su relación con el conjunto de España».
Finalmente, ha expresado su deseo de que se abra «un tiempo de normalidad» teniendo en cuenta que desde el año 80 «las fuerzas nacionalistas e independentistas han sacado siempre mayoría o en votos o en escaños en el Parlamento de Cataluña. Es la primera vez desde el 80 en que se pone de manifiesto un claro retroceso importante, muy notable retroceso de los planteamientos independentistas».
Ello, según García-Page, evidencia «hasta qué punto hay desengaño en la sociedad catalana, hay un desinfle y hay una vuelta a la realidad, y eso me parece positivo para Cataluña y, desde luego, tiene que ser positivo para el conjunto de España».