La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y las universidades de Castilla-La Mancha y Alcalá de Henares han firmado este martes los convenios que permitirán la puesta en marcha de al menos 2.500 microcredenciales universitarias destinadas a alumnos de entre 25 y 64 años de edad, tras una inversión de unos dos millones de euros.
Durante su discurso inaugural en el acto de firma en el toledano Palacio de Fuensalida, el consejero de educación, Amador Pastor, ha celebrado el inicio de este nuevo modelo formativo que «evidencia la fortaleza de la lealtad institucional y la colaboración de las administraciones para mejorar la vida de los ciudadanos».
En este sentido ha recordado que estas 2.500 microcredenciales responden a líneas de formación «muy específicas», de 15 créditos ECTS, vinculadas a ejes estratégicos de la realidad del sector productivo de la región.
El consejero ha recordado que para la obtención de estos créditos no se necesita titulación de grado previa, por lo que suponen una herramienta «muy atractiva» para la recualificación de personas desempleadas, toda vez que se trata de una certificación «reconocida y transferible».
De su lado, el rector de la Universidad de Alcalá de Henares, José Vicente Saz, ha resaltado que el sistema de microcredenciales «responde a las nuevas necesidades de una sociedad que cambia de forma vertiginosa y contribuye a paliar los desajustes entre la oferta educativa de la universidad y el mercado laboral». A su juicio, las microcredenciales «son una herramienta académica de gran interés que dará respuesta a las necesidades del tejido productivo».
En el mismo sentido se ha pronunciado el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Julián Garde, quien ha recordado que este programa especial está centrado en los aspectos de la formación permanente y la recualificación de los desempleados, «lo que contribuirá a los objetivos de aumentar la productividad empresarial, elevar los salarios, y mejorar la calidad del empleo».
De hecho, se ha mostrado de acuerdo en que la universidad tiene que «adaptarse» a las demandas sociales, y ha insistido en que la Universidad regional debe aspirar a conseguir que, en el horizonte de 2050, «tenga el 50% de estudiantes de menos de 25 años y el 50% mayores de 25 años».
De su lado, el secretario general de Universidades del Gobierno de España, Francisco García, ha alabado la firma de este convenio, «paradigma de la relación de confianza entre instituciones y universidades, especialmente estimulante en esta gran estrategia de aprendizaje permanente que supone la puesta en marcha de las microcredenciales tras dos años de funcionamiento en toda Europa». Para Francisco García, este programa es una gran oportunidad para que la universidad «salte de los muros de las clases y de los profesores y se acerque a la vida real».
LA LEY DE UNIVERSIDADES, A CONSULTA PÚBLICA EN ENERO
El acto ha sido clausurado por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien ha felicitado a los rectores por el «plácet general» que apunta a la continuidad de su gestión, y ha subrayado la importancia de la estabilidad y normalidad institucional frente a un contexto social y político en el que predomina el «pim pam pum del frentismo».
El jefe del Ejecutivo regional ha valorado la puesta en marcha del programa de microcredenciales «como respuesta al desajuste del mercado laboral de España, que hay que intentar abordar con adaptaciones normativas y cambios de mentalidad».
Así, ha recordado que la Ley de Universidades de Castilla-La Mancha entrará en enero en consulta pública, «con el objetivo de ordenar un ecosistema universitario público más competente frente a la enseñanza privada y con una educación mucho más dinámica y acorde con aspectos tan interesantes como la formación continua a lo largo de toda la vida».