El perfil del empleo autónomo en Castilla-La Mancha está masculinizado y corresponde a un varón de 40 a 54 años, aunque también con una importante presencia en mayores de 55, situándose en el sector servicios principalmente, seguido de la agricultura, sin personas asalariadas a cargo, con una sola actividad y que lleva cinco años o más en su negocio.
Así lo recoge el informe sobre ‘Trabajo autónomo en Castilla-La Mancha’ que elabora cada trimestre Comisiones Obreras Castilla-La Mancha para conocer su estructura y evolución, así como analizar el impacto directo que tienen las políticas públicas sobre la consolidación del mismo, tal y como explica el secretario de Empleo y Políticas Públicas de CCOO en la región, Juan Carlos del Puerto, que destaca que «el trabajo autónomo en la región sigue siendo un pilar fundamental para la economía».
En la Comunidad Autónoma hay 149.012 personas que cotizan en el Régimen de Trabajadores Autónomos, siendo 100.320 hombres (el 67,3 %) y 48.692 mujeres (el 32,7 %), tal y como ha informado el sindicato en nota de prensa.
«Existe una clara y preocupante brecha de género en el empleo autónomo, que está fuertemente masculinizado, las mujeres siguen enfrentándose a barreras significativas que limitan su acceso, lo que pone de manifiesto que estamos ante una importante área de intervención para mejorar la igualdad en el autoempleo desde el diálogo social», ha señalado Del Puerto.
Por sectores de actividad, el empleo autónomo se concentra fundamentalmente en el sector servicios, representando más del 59 % sobre el total, seguido de la agricultura que supone el 22 %, con una presencia notable y creciente en el panorama del autoempleo regional y es que, a diferencia de lo que ocurre en el resto del país, en la región destaca un elevado porcentaje de trabajadores autónomos en la agricultura.
El informe revela que la evolución del trabajo autónomo en Castilla-La Mancha no es ajena a las variaciones estacionales, que tienen un impacto notable en sectores clave como la agricultura y la hostelería.
Así, el análisis trimestral de los datos muestra que el número de personas autónomas en agricultura disminuye tras la finalización de las campañas agrícolas, mientras que en hostelería se observa un incremento en los meses de mayor actividad turística, en este caso en lo relativo a la Semana Santa.
NECESIDAD DE POLÍTICAS DE APOYO
«Estas dinámicas estacionales subrayan la necesidad de políticas de apoyo que consideren las características específicas de cada sector, asegurando que las personas autónomas puedan mantener la sostenibilidad de sus negocios a lo largo del año y generando empleo de calidad en torno a la estabilidad del mismo», ha comentado Del Puerto.
Analizando la situación profesional, el 79 % de las personas autónomas no tienen asalariados a su cargo, frente a un 20 % que sí que tienen, destacando una «ligera tendencia hacia la estabilización del empleo en estas microempresas».
Por tramo de edad, el empleo autónomo se concentra en el grupo de 40 a 54 años, que supone un 43 % sobre el total, aunque también hay una presencia significativa en el de 55 años en adelante, que representa el 32 %, por lo que el sindicato aboga por la importancia de considerar políticas de transición para el relevo.
En lo que respecta al impacto de las políticas públicas, estas han jugado un «papel crucial» en modelar el entorno en el que operan las y los autónomos, ha destacado el sindicato.
«Desde la implementación de reformas fiscales que afectan a la tributación hasta programas de ayudas y formación el Gobierno regional ha intentado estimular el emprendimiento y el autoempleo», ha detallado.
Sin embargo, a juicio del sindicato, «aún hay margen para mejorar estas políticas, especialmente para aumentar su eficacia y asegurar que lleguen a todos los autónomos y autónomas de manera equitativa».
Por tanto, «hay que seguir trabajando para la mejora de las condiciones laborales también del empleo asalariado, cambiando la estructura del empleo autónomo en la región», concluye.
