El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, calificó de «histórico» el Real Decreto de Cuencas Hidrológicas aprobado por el Consejo de Ministros. Al mismo tiempo que se hacía una foto con los que considera coparticipes del resultado.
La realidad es que el Plan Hidrológico de Tercer Ciclo de la cuenca del Tajo, documento donde se definen las líneas de actuación para gestionar los recursos hídricos de la cuenca hasta el año 2027, que fue aprobado en Consejo de Ministros, y la foto del Palacio de Fuensalida pasarán a la historia como los responsables de mantener la hipoteca de los ribereños.
Durante estos días hemos escuchado frases lapidarias: “Hoy se ha producido una decisión histórica”, “defendiendo los intereses de todos los castellano-manchegos”, “fin del Trasvase Tajo-Segura, cuyo proceso de caducidad es inexorable”, frases que, si tiramos de hemeroteca, venimos escuchando al socialismo castellano manchego desde que Bono era presidente de CLM.
Todo este autobombo socialista se contradice con lo que opinan al respecto los que hasta ayer eran considerados sus referentes y que, también hasta ayer, eran especialistas en la materia: «Con el nuevo Plan del Tajo hay un cambio de tendencia, obligado por las sentencias del Supremo conseguidas por el trabajo de las plataformas desde 2010, pero sigue siendo un Plan muy malo. Que no nos vendan la moto, porque en estas circunstancias no va a haber una mejoría ni del Tajo ni de su cabecera».
Lo cierto es que Page y el socialismo de CLM han desaprovechado una oportunidad histórica para defender a los ribereños, y que una reclamación de éstos fuese una realidad: Lámina de agua estable que garantice su desarrollo económico y social.
Los ribereños son, por tanto, los grandes olvidados, ya que el hecho “histórico” se basa en fijar caudales mínimos para el rio, sin aumentar un hm3 la lámina de agua no trasvasable de los pantanos de cabecera. Lo que significará, y el tiempo lo dirá, en una hipoteca más sobre Entrepeñas y Buendía.
Tirando de hemeroteca, vemos que fue el Partido Popular quien aprobó un Plan Hidrológico Nacional que aliviaba la situación de la cabecera del Tajo, y que fue derogado por el gobierno socialista de Zapatero y la aquiescencia de Bono, y que ahora quiere recuperar Page, como recoge El digital CLM, donde Emiliano García-Page se ha mostrado favorable «a un gran acuerdo en el país sobre cómo gestionar el agua».
Vale la pena recordar, que fue Partido Popular quien fijó la reserva estratégica mínima de 400 hm3 en los pantanos de cabecera, una cantidad que era probablemente insuficiente pero que casi triplicaba la famosa línea roja de Bono (140hm3).
Esta reserva estratégica ha sido calificada como “maquiavélica” por varios de los figurantes en la foto de Fuensalida. Pero la realidad es que a pesar de que el PSOE tuvo en dos ocasiones la oportunidad de modificarla al alza o derogarla, si tan perniciosa era, no lo ha hecho.
En julio del 2021 se modificaron las normas de explotación del acueducto Tajo-Segura a través del Real Decreto 638/2021. Esta modificación era una ocasión pintiparada para haber derogado el mal llamado “memorándum Cospedal” y haber aumentado la reserva estratégica, pero no lo hicieron. Como tampoco lo han hecho ahora en el nuevo plan de Cuenca del Tajo, cuando tenían de nuevo la oportunidad.
Esto da qué pensar, ¿cómo es posible cambiar el código penal para reformar los delitos de malversación y sedición, y no modificar la reserva estratégica de los pantanos de cabecera? Sencillamente es más fácil criticar aquello que sí significo una mejora sustancial para Entrepeñas y Buendía, que coger el toro por los cuernos y atender las demandas justas de la comarca ribereña.
Por tanto, que el socialismo castellano manchego se felicite por la defensa de los municipios ribereños y los pantanos de cabecera no deja de ser una paradoja, pues su constante han sido las promesas incumplidas y colgarse la medalla de la defensa del agua, pero la realidad es que, en sus más de 25 años de gobierno, no ha aportado ni un hectómetro de agua a Entrepeñas y Buendía.