En la festividad de la Virgen del Pilar, cuando tantas mujeres españolas celebran su onomástica y también viven su día más especial regiones como Aragón y hasta un barrio de nuestra ciudad, hay que felicitar muy especialmente a la Guardia Civil. Casi dos siglos de existencia acumula una institución que ha sabido ganarse el respeto, y también el cariño, de todos los ciudadanos. Desde 1844 llevan los guardias civiles recorriendo los caminos, las carreteras y las calles de un país que nunca se equivoca cuando deposita su confianza en un colectivo volcado en el servicio a la comunidad.
Albacete tiene una relación intensa y fructífera con la Guarda Civil. La ciudad y la provincia conviven cotidianamente con unos agentes cuyo uniforme es timbre de gloria y garantía de seguridad para todos. En el Seprona, en el control de tráfico, en la custodia de edificios públicos, en la prevención y lucha contra el delito, y en tantas y tantas funciones trascendentes, los guardias civiles demuestran a diario su compromiso con la paz y la libertad.
Una feliz coincidencia hace que el 12 de octubre sea también la Fiesta Nacional. Y es que si algo caracteriza a la Guardia Civil, es su carácter netamente español, su identificación con un sentir nacional que nos llena de legítimo orgullo a todos los que habitamos en esta piel de toro dibujada en el mapa de Europa y del mundo. Nos sentimos muy a gusto siendo albaceteños y siendo españoles, porque nos avala una historia común y nos une una legítima ambición de prosperar juntos. Y nos sentimos muy a gusto teniendo entre nosotros a un Cuerpo como el de la Benemérita, que ha sabido adaptarse a los tiempos respondiendo a las demandas ciudadanas desde la cercanía y la eficacia.
En centenares de cuarteles de toda España se celebrará hoy el Día del Pilar, con ese sufrido y austero carácter castrense que caracteriza al Instituto Armado. En los balcones de las casas cuarteles, como la de Albacete de la Avenida Ramón y Cajal, lucirán radiantes las banderas de España que son profesión de fe una españolidad sana y comprometida con el futuro. Los tricornios brillarán al sol, y los agentes de la Guardia Civil junto con sus mandos, familiares y amigos de toda suerte y condición, cantarán a coro un himno que hará saltar las lágrimas a muchos: “Instituto, gloria a ti, por tu honor quiero vivir…”. Harán el homenaje a sus caídos, verdaderos héroes de la paz y la convivencia, en un acto tan solemne como entrañable que se repite año tras año. Y recibirán los parabienes y las felicitaciones sinceras de una sociedad que reconoce a la Guardia Civil como un paradigma de honestidad, servicio a la comunidad, apoyo a los necesitados y defensa de la ley y la armonía social.
¡Viva la Guardia Civil!
¡Viva España!