El centro experimental para el hidrógeno verde que se construirá en Cuenca ha echado a andar este jueves con su presentación en sociedad. Esta infraestructura prevé convertir cada año unas 30.000 toneladas de residuos procedentes del sector agroforestal en biogás para uso tanto diario como industrial.
En la presentación del proyecto, enmarcado dentro del Centro Nacional del Hidrógeno y englobado en un proyecto donde participan hasta diez comunidades autónomas, el Ministerio de Ciencia así como diversas entidades como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha estado presente el director del CNH, Emilio Nieto, quien ha ofrecido los datos del proyecto.
De esta forma, ha destacado la importancia que tendrá este centro piloto de investigación, que recibirá una buena parte de los 10 millones de euros previstos para la comunidad de Castilla-La Mancha.
Uno de los resultados es esta planta piloto, que va a estar situada dentro del parque Científico y Tecnológico promovido por la Diputación, es que va a poder dar esa cobertura energética al resto de las empresas e instituciones y van a poder utilizar el biogás que se genere como combustible limpio y cerrando el círculo para cubrir toda la economía circular desde los residuos hasta poder generar productos de valor añadido.
«Hay que felicitarse de que haya sido en Cuenca, que haya sido una localidad dentro de la comunidad autónoma y sobre todo la parte nacional: ser capaces de demostrar que con dinero público se pueden colaborar varias comunidades autónomas».
Y es que, este centro experimental para el hidrógeno verde prevé utilizar de forma anual unas 30.000 toneladas de residuos forestales y, junto a una instalación de huerto solar, va a permitir la generación de biometano o biogás, así como hidrógeno verde.
Para ello se va a usar subproductos agrarios y forestales, desde restos de poda e industria del vino, del queso, etcétera, dejando claro que «en ningún caso ni purines ni restos animales como se ha venido publicando en los últimos días».
«Hemos tratado que este proyecto se enmarque siempre dentro de las mínimas molestias que se puedan generar en el entorno con un proyecto que va a servir para posicionar a Cuenca en el mapa energético», ha desgranado.
Ahora mismo, «el hidrógeno verde es uno de los máximos exponentes con los que tanto el país como la región cuentan para posicionarse a nivel internacional, y Cuenca va a ser una de las sedes donde se investigue y se pueda dar una segunda vida a esos subproductos, generar energía y porque no esas plantas se puedan instalar en la provincia y crear riqueza y empleo, el fin último con el que se realizan este tipo de proyectos».
USOS DEL BIOMETANO
El técnico que ha diseñado el proyecto, Roberto Campana, ha subrayado que esta planta va a tener una capacidad de producción de biogás o biometano de en torno a 300 metros cúbicos por hora, lo que implica utilizar unas 30.000 toneladas de residuo cada año.
El uso que se le puede dar a este biometano, que es un gas natural neutro en CO2, va a ser alimentar a vehículos, inyectarlo a la red gasística, dar calefacción a una ciudad, etcétera. «Puede tener los mismos usos que el gas que conocemos actualmente además de los usos industriales que se le puede dar».
Por otro lado, esta planta conquense también va a trabajar en investigación e innovación para trabajar en el enriquecimiento del biometano que se genere y además plantar la semilla para tener soluciones a la valorización del CO2 e internar darle circularidad. «Es un uso un poco diferente a lo que se está desarrollando en otros proyectos, pero donde creemos que el hidrógeno tiene un papel bastante importante», ha indicado.
El presidente de la Diputación, Álvaro Martínez Chana, ha asegurado que el plazo limite para que esta planta entre en funcionamiento es septiembre de 2025 y, además, se va a empezar ya los trámites administrativos para proceder a su construcción, lo que podría demorarse unos 9 meses aproximadamente.