La organización agraria Asaja Cuenca ha recogido la «gran preocupación» que hay entre los ganaderos de la provincia sobre la situación de la viruela ovina y caprina. Los afectados han trasladado su desconcierto después de la reunión que mantuvieron este martes en San Clemente con responsables de la Consejería de Agricultura.
Según explican los ganaderos, lejos de tranquilizarlos, la reunión generó «más incertidumbre, ya que no se dieron respuestas a las cuestiones que trasladaron a los responsables de la Consejería», ha informado la organización agraria en nota de prensa.
Los ganaderos lamentan lo que consideran «falta de comunicación» por parte de la Consejería, que desde que se conocieron los primeros focos, hace ya unos meses, «no se ha puesto en contacto con los ganaderos ni han dado información ni se han desplazado a las zonas afectadas para interesarse». Según su testimonio, la reunión llega «muy tarde y sin información clara sobre cómo se está actuando».
Asimismo, consideran que la Consejería de Agricultura no está poniendo las medidas necesarias para acotar las zonas afectadas, criticando que «no hacen ningún tipo de seguimiento de todo lo que hay que destruir, como por ejemplo puede ser las basuras o los piensos».
En cuanto a las indemnizaciones, los ganaderos consideran que son «totalmente insuficientes» y que no cubren los «gravísimos daños» a los que se enfrentan cuando tienen que sacrificar al cien por cien de sus animales.
Además reclaman que los ganaderos que están afectados por las restricciones por estar cerca de las zonas con viruela están sufriendo graves perjuicios ya que no pueden comercializar sus productos con normalidad, los mataderos les pagan menos por animal al estar en «zona peligrosa» y no pueden aprovechar los pastos, con el consiguiente incremento en los costes para alimentar sus animales.
PROPUESTAS
Por su parte, Asaja Cuenca urge a la Consejería de Agricultura a que tome medidas para reconducir la situación cuanto antes y evitar más perjuicios a los ganaderos, a los trabajadores de las explotaciones y a otras industrias que dependen de la carne y la leche que producen.
Así, reclama la organización agraria que se actúe de forma coordinada, con transparencia e información y confía en que la Consejería de Agricultura cuente con todas las partes afectadas y no de forma aislada con cada uno de ellas porque de este modo solo se consigue «dividir al sector y ese no es el mejor camino».
La organización agraria ha trasladado a la Consejería de Agricultura un programa de actuación con propuestas como el establecimiento de indemnizaciones que se adecúen a las pérdidas reales cuando se sacrifican el cien por cien de los animales de una explotación, un plan de mejora genética para que los ganaderos recuperen cuanto antes su nivel productivo, medidas de apoyo para evitar despidos en estas explotaciones que son las que más puestos de trabajo generan, mecanismos financieros para que los ganaderos con créditos comprometidos puedan hacer frente a los pagos y un apoyo económico adicional que se extienda hasta que los afectados recuperen la capacidad productiva que han perdido y que tardará en llegar.