La Esclerosis MĂșltiple (EM) es actualmente una de las llamadas «enfermedades raras» mĂĄs comunes, ya que afecta a aproximadamente dos millones y medio de personas en todo el mundo. Se trata de una enfermedad neurolĂłgica que afecta al Sistema Nervioso Central, formado por el cerebro y la mĂ©dula espinal.
El sistema inmunitario normalmente protege al cuerpo, pero en la EM ataca a la mielina de las células nerviosas (neuronas) por error. Los nervios se extienden a lo largo de todo el cuerpo, asà que la enfermedad puede manifestarse en muchas partes del organismo y hacerlo de maneras muy diferentes. Por eso se la conoce como la «enfermedad de las mil caras».
No es mortal, pero dependiendo de muchos factores puede alterar mucho la calidad de vida de los enfermos, generĂĄndoles muchas limitaciones. En cada afectado los primeros sĂntomas variarĂĄn dependiendo de la persona, y por lo general suelen aparecer a edades tempranas (entre los 20 y los 40 años), el momento en que cada persona estĂĄ empezando a diseñar su proyecto de vida. Miles de carreras profesionales y esperanzas de futuro familiar se han visto frustrados por la EM.
La ciencia, de momento, solo ha llegado a poder diagnosticar la enfermedad e intentar paliar sus efectos, pero desgraciadamente aĂșn no hay cura. Tampoco hay protocolos de prevenciĂłn, por lo que aumentar los presupuestos en la investigaciĂłn cientĂfica sobre la EM es necesario con urgencia, ya que hay datos que hacen sospechar que el nĂșmero de afectados seguirĂĄ aumentando en proporciones alarmantes.
AĂșn no se puede saber con seguridad cĂłmo evolucionarĂĄ la enfermedad en cada caso. Con el paso de los años es posible que la persona presente varias secuelas motivadas por los brotes o un empeoramiento progresivo que produzca discapacidad. Sin embargo, otras personas se mantendrĂĄn mĂĄs o menos estables.
Un elevado porcentaje de personas con EM Remitente Recurrente van a pasar por episodios en los que empeorarĂĄn los sĂntomas existentes, o aparecerĂĄn sĂntomas nuevos que mejorarĂĄn despuĂ©s de un tiempo. La recuperaciĂłn puede ser completa o bien puede dejar alguna secuela. Estos episodios se llaman brotes, pero tambiĂ©n reciben el nombre de âataques agudosâ, âexacerbacionesâ, ârecaĂdasâ o ârecidivasâ.
Seguir un estilo de vida saludable es una de las maneras mĂĄs responsables con las que todas las personas con EM pueden comenzar a gestionar su enfermedad. Existen estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida, incluyendo la actividad fĂsica, una dieta saludable, una correcta exposiciĂłn solar, rehabilitaciĂłn, dormir lo suficiente, tĂ©cnicas para reducir el estrĂ©s (como la meditaciĂłn), mantener el cerebro estimulado, y otros aspectos orientados al bienestar. AdemĂĄs, las intervenciones en la modificaciĂłn del estilo de vida parecen ser efectivas y crear un impacto sostenible con el paso del tiempo.
Cada dĂa va teniendo mĂĄs peso la teorĂa de que la EM es una enfermedad vĂrica. Algunos virus, como el denominado Epstein Barr (que causa la mononucleosis infecciosa), han sido asociados a la EM, pero muchos jĂłvenes han sido atacados por este virus y no han desarrollado aĂșn la enfermedad. Lo cierto es que afecta al sistema inmunolĂłgico, y quizĂĄ no sea una enfermedad causada por un virus concreto, y puede que sean distintos virus los que ataquen al sistema nervioso central cuando estos encuentren ciertas deficiencias inmunolĂłgicas.
Cada vez hay mĂĄs estudios que demuestran la conexiĂłn sistema digestivo-cerebro, y apuntan a una relaciĂłn entre la composiciĂłn de la microbiota intestinal y algunas enfermedades inflamatorias del sistema nervioso central, como la Esclerosis MĂșltiple.
La EM no es mortal, pero al igual que ocurre con otras enfermedades crĂłnicas, la esperanza de vida se puede reducir ligeramente debido a complicaciones que podrĂan aparecer (infecciones respiratorias, urinarias, etc.). Por este motivo, es importante una buena atenciĂłn y seguimiento mĂ©dicos.
Se han hecho cientos de estudios estadĂsticos para intentar conocer mejor la enfermedad con el fin de poder atajarla si se pudiera llegar a su origen, pero la comunidad cientĂfica no se pone de acuerdo, ya que parece que afecta mĂĄs en paĂses desarrollados. Sin embargo, tambiĂ©n se cree que podrĂa ser por una cuestiĂłn climĂĄtica, ya que las zonas tropicales suelen ser menos desarrolladas a nivel econĂłmico e industrial.
LLegado a este punto habrĂa que matizar mĂĄs cosas, ya que en los paĂses mĂĄs pobres no se tienen los mismos organismos de control. En ellos, la EM convive con cientos de enfermedades de carĂĄcter vĂrico, por lo que muchos pueden llegar a fallecer por cualquier enfermedad antes de haberse manifestado la misma.
Algunos datos sobre la Esclerosis MĂșltiple:
- -En Europa se han manifestado el 27 % de los casos mundiales (770.000).
- -3 de cada 4 pacientes son mujeres.
- -La esperanza de vida de los enfermos de EM es aproximadamente un 15 % mĂĄs baja.
- -Los paĂses mĂĄs septentrionales tienen mĂĄs casos, mientras que en los paĂses mĂĄs cercanos al Ecuador son casi imperceptibles.
- -Es la segunda causa de discapacidad en personas jóvenes después de los accidentes de tråfico.
- -El 85 % de los casos es de la variedad conocida como EM recurrente.
- -Se calcula que puede haber en el mundo cerca de un millĂłn de casos sin diagnosticar.
- -SegĂșn la evoluciĂłn y aumento de los casos, se prevĂ© que dentro de 20 años los casos en el Mundo se duplicarĂĄn.
- -La probabilidad de tener EM aumenta ligeramente cuando uno de los progenitores (2 %) o un hermano/a tiene la enfermedad (3-4 %). Esta probabilidad es mayor en hermanos gemelos (30-40 %).
En el «DĂa Internacional de la Esclerosis MĂșltiple» (18 de diciembre) queremos hacer un llamamiento a la sociedad para la concienciaciĂłn sobre la misma, y conocerla un poco mĂĄs puede ayudar. Todos tenemos personas, mĂĄs o menos cercanas, con esta enfermedad, y solo hay una certeza sobre ella: la calidad de vida a nivel fĂsico y emocional es primordial para que los afectados puedan paliar sus efectos.