Todo apunta a que va a perpetrarse un atentado contra la salud de los vecinos y el medio ambiente en la ribera del Bullaque.
Como es sabido, este rio discurre por el Noreste de la provincia de Ciudad Real, Pajistán, Borbonia.
Hay prevista la instalación de dos cebaderos industriales de cerdos, que en principio van dar cobijo a cuatro mil cabezas de esos simpáticos animalillos.
Los cuales contribuirán con sus excrementos, residuos y aromas, a aumentar la despoblación y el abandono que sufren estas tierras.
Un breve paseo por Cagarrutas del Bullaque, antes Porzuna, sirve para comprobar los innumerables carteles que dicen SE VENDE.
Son, sin duda, los mismos motivos para instalar estos negocios, los que inspiraron en su día a los que quisieron poner un campo de tiro en Cabañeros, aunque sus promotores, en un momento dado se pusieran en cabeza de la manifestación, dado que según sus informes, se trataba de una zona con escasa población y poco formada. El miedo a unos comicios adversos, no les hizo cambiar de ideas, pero si de postura.
Como es sabido, para trepar en la cosa pública cuenta más la docilidad que la capacidad, y es por ello que ni alcaldes ni ministrillos autonómicos presten el menor interés en defender un patrimonio natural del que no somos otra cosa que depositarios.
Con su postura nos dicen a quién sirven y para qué sirven.
Un reducido grupo de vecinos de Villapurines del Bullaque, antes EL Robledo, pretenden parar este desafuero.
No son gigantes, son molinos.