Vecinos de un barrio de Piedrabuena (Ciudad Real) han observado una «impresionante columna» de hormigas de casi 40 metros de largo que durante varias horas mantuvieron una intensa actividad que llamó la atención del vecindario.
Así lo ha relatado a EFE el naturalista Francisco Zamora, quien ha explicado que este fenómeno, poco habitual, no sólo llamó la atención de los vecinos por la longitud que presentaba la columna de hormigas, sino, por el volumen de hormigas que mantenía su actividad, con cientos de miles de hormigas formando un camino de entre seis y siete centímetros de ancho.
«Fue un verdadero espectáculo natural ver cómo estas hormigas se desplazaban entre un punto concreto, una rejilla de la red de abastecimiento de agua y lo que pensamos que era su hormiguero», ha dicho.
Zamora ha detallado que «lo que parecía ser el hormiguero se encontraba pegado a una pared de la calle Guadiana y el extremo en el que terminaba esta peculiar procesión o columna de hormigas estaba en la esquina opuesta de la carretera de los Pozuelos de Calatrava».
«Poco a poco esa pista de hormigas de unos seis o siete centímetros de ancha se fue estrechando, hasta quedar solamente una fila muy estrecha, sin embargo, en otros puntos la pista se ensanchaba hasta los veinte o treinta centímetros pero podría tratarse de los puntos por los que pasaron coches, con la consiguiente muerte de cientos de ejemplares», ha explicado.
El naturalista ha comentado que es posible que se trate de hormigas del género «Lasius» y del subgénero «Dendrolasius», incluso podía ser la «Lasius fuliginosus» que forman grandes colonias cuya fundación tiene lugar por parasitismo social temporal en colonias de otras hormigas «Lasius».
La principal fuente de alimento de las «Lasius fuliginosus» procede de la «miel» que producen los pulgones (áfidos) o las cochinillas.
En esta especie, «Lasius fuliginosus», se generan estas grandes pistas o columnas para transportar el alimento.
Como curiosidad esta especie de hormigas, ha dicho Zamora, «hacen un nido muy elaborado, que consiste en los típicos agujeros o túneles pero forrados por un material de aspecto acartonado, con el que forran las paredes, y sobre esas superficies de cartón cultivan un hongo para que los filamentos de estos refuercen la estructura».