La localidad ciudadrealeña de Tomelloso tiene todo listo para volver a celebrar por todo lo alto la romería de la Virgen de las Viñas, una cita que regresa con toda su programación tras dos años marcada por la pandemia y en la que los tomelloseros, en boca del presidente de la Hermandad, Alejandro Ramírez, volver a vivir «con mucha intensidad» la «devoción y fe» por la patrona que existe en la ciudad.
En entrevista, Alejandro Ramírez ha asegurado que en Tomelloso desde hace días «se respira ambiente romero» en la antesala de un fin de semana marcado como «una de las fiestas más entrañables» de La Mancha.
Tras dos años sin celebrar «como se merece», ha llegado el momento y las expectativas son «muy altas» para, «desde la responsabilidad», volver a vivir un fin de semana grande en Tomelloso.
A nivel personal, ha reconocido que tras un 2019 en el que se estrenó como presidente de la Hermandad en pleno ciclo electoral y después de dos años de parón inundado por el «silencio», ahora «llega el momento de disfrutar con intensidad, con alegría contenida, con devoción, con esperanza, pero siempre con cautela».
DÉCADAS DE TRADICIÓN
Aunque la Virgen llegó «hace 80 años» a la localidad, «ha sabido, a su manera, cautivar» a sus vecinos y a los de pueblos cercanos.
Tras el pregón, este sábado llega la procesión de las antorchas, que cumple ya tres décadas de celebración, «creada con mucha devoción» y cada vez con más participantes.
Todo como paso premio al «día grande», un domingo en el que desde bien temprano toda la ciudad «camina hacia el santuario» dejando a Tomelloso totalmente vacía.
A las 11.00 horas y tras la función religiosa, la Virgen, «epicentro de la romería», cobra protagonismo, y ya en la tarde y arropada por el repique de campanas llega el «emocionante momento» de verla salir del santuario.
«Todos los romeros nos emocionamos en la primera levantá en la puerta de la ermita», ha admitido el presidente de la Hermandadn.
Un periplo hasta Tomelloso acompañado por las reatas engalanadas que dan «luz y color» a una romería que tiene todos los ingredientes para conseguir la declaración de Interés Turístico Nacional.
Las reatas, algo «único y que solo se puede ver en Tomelloso», inician la comitiva hacia el mediodía hacia el santuario para recoger a la Virgen de las Viñas.
Las mulas, engalanadas y adornadas, acompañan al trote a la Virgen culminando «un trabajo muy laborioso y vistoso que merece la pena disfrutar».