La Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, a través de su Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal (IRIAF), ha dado un fuerte impulso a la innovación vegetal en cultivos leñosos con la puesta en marcha del centro de evaluación de nuevas variedades y patrones del pistachero en el centro de referencia de ‘El Chaparrillo’.
Castilla-La Mancha es líder nacional en superficie y producción de pistacho, alcanzando ya las más de 50.000 hectáreas de cultivo de las aproximadamente 60.000 a nivel nacional. Por ello, no es de extrañar que la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV), perteneciente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, haya encomendado la gestión de los trabajos relacionados con los exámenes técnicos de identificación varietal de pistacho y patrones de pistacho necesarios para el registro oficial de nuevas variedades vegetales a este centro regional de la Consejería, dada su dilatada labor en éste y otros ámbitos relacionados con su cultivo.
El Centro de Investigación Agroambiental ‘El Chaparrillo’ cuenta con una colección de referencia inscrita en el sistema de Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO) para la conservación de recursos fitogenéticos con casi 60 variedades de pistachero, así como con varios campos más con decenas de patrones de distintas especies, incluyendo híbridos interespecíficos y muestras de poblaciones silvestres, que han sido acumulados durante sus más de 30 años de trabajo en la investigación sobre este cultivo.
En Castilla-La Mancha se sigue trabajando en la producción de material inicial de variedades registradas de pistachero con las suficientes garantías sanitarias y de identidad varietal, para su entrega a los viveros productores de plantones de pistachero que, en pocas campañas, podrán poner a disposición de los agricultores material vegetal certificado, lo que añadirá seguridad y estabilidad a las nuevas plantaciones de pistachero.
Investigación al servicio de la creación de bioabonos
En este centro de referencia, junto con el de Clamber en Puertollano, se trabaja en la valorización de los residuos del pistacho en diferentes bioproductos, como pueden ser antioxidantes, biogás y bioabonos.
De esta manera, a través de técnicas de extracción y explosión a vapor a escala demostrativa, se han extraído los compuestos antioxidantes (polifenoles) y, a la vez, generado los bioabonos necesarios para determinar su utilidad y calidad como fertilizante. Para ello, se están haciendo ensayos agronómicos en cultivos de pimientos, a la espera de conocer los resultados.