“El Cristo abrazado a la Cruz”, la única obra de El Greco en Albacete, está en El Bonillo

La Iglesia Parroquial de Santa Catalina de El Bonillo (Albacete) alberga en su interior toda una serie de elementos culturales dignos de reseñar. Desde un órgano barroco de estilo ibérico, que mantiene la tubería original de los siglos XVI-XVIII; pasando por un museo sacro que conserva obras como El Cristo de los Milagros (del artista Vicente López) o La Magdalena (de Andrea de Sarto), entre otras pinturas.

Pero esta Iglesia neoclásica del siglo XVIII esconde en su interior una sorpresa desconocida para muchos. La joya de la corona se la lleva una de las obras creadas por el pintor Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco: “El Cristo abrazado a la Cruz”.

El Bonillo, con algo menos de 3.000 habitantes, es el único municipio de Albacete que conserva una obra de este conocido pintor del final del Renacentismo. Desde la página web de Turismo la describen así: “El lienzo representa a Cristo en pie, con gran templanza, sobre un fondo atormentado, con túnica roja y manto azul, con marcados plegados en juegos de claroscuro, quien abraza la Cruz con manos alargadas de gran belleza, que parecen acariciarla. En la cabeza lleva una dura corona de grandes espinas, mientras la mirada se pierde hacia los cielos en aceptación plena de la voluntad del Padre”.

Se calcula que la obra pertenece a la época “más brillante” del artista, entre el año 1590 y 1596, e incluye la doble firma del autor (una en latín y otra en griego). Sin embargo, la curiosidad radica en que no fue hasta el año 1928 cuando se identificó que el cuadro era de El Greco. El descubrimiento surgió a raíz de la selección de obras para la Exposición Iberoamericana de 1929 en Sevilla, en la que el escultor Ignacio Pinazo y el periodista Abraham Ruiz localizaron el cuadro colgado en la Iglesia.

“Una comisión de expertos en arte recorría ayuntamientos e iglesias viendo qué cosas de valor había en las provincias”, ha explicado el concejal de Turismo de El Bonillo, Damián García, quien ha recalcado que pasaron 300 años sin que nadie supiera que había un ejemplar de El Greco en la Iglesia. No obstante, cabe recordar que el pintor no se hizo famoso hasta muchos años después de su muerte, lo que también explica que pasaran tantos años sin la identificación de la obra.

Pero, ¿cómo ha acabado esta obra en El Bonillo? A día de hoy, se desconoce el motivo exacto de que se encontrase en el pueblo albaceteño. Han pasado tantos años que resulta complicado investigar su origen, pero desde la concejalía sí que mantienen dos posibles teorías.

Según ha expuesto García, una de las teorías se centra en un antiguo párroco del pueblo, Pedro López de Segura, vinculado al Arzobispo de Toledo de entonces y quien llegó hasta El Bonillo. Considerado como una persona culta, dejó en su testamento libros y cuadros, y uno de ellos podría ser el de El Greco. No obstante, no se conoce a ciencia cierto, puesto que la Iglesia de Santa Catalina cuenta con otros 3 cuadros de “El Cristo abrazado a la Cruz”. Al tratarse de una obra habitual en las iglesias, no se ha podido saber si fue este u otro ejemplar el que trajo consigo.

La segunda teoría sobre el posible origen de la obra expone la posibilidad de que alguna de las congregaciones religiosas de la época le encargara un cuadro al pintor, quien no era afamado en el momento, y que el cuadro llegase a parar a una congregación de El Bonillo.

En cualquier caso, independientemente de cómo haya llegado, lo importante radica en que el pueblo albaceteño cuenta con una obra que cada año recibe visitas no solo de otras partes de Castilla-La Mancha, sino también de la zona de Levante, Madrid, Murcia o incluso Francia y Alemania.

A día de hoy, el museo de la Iglesia tiene horarios con visitas libres y visitas concertadas, por lo que cualquiera puede tener la oportunidad de ver la única obra de El Greco de la provincia de Albacete, además de aprovechar la visita para admirar el resto de obras que conforman el museo sacro. Aunque desconocida para muchos, puede ser unas de las grandes ‘joyas de la corona’ del turismo de El Bonillo.