“Todos jugamos, todos aprendemos”, es el lema del primer deporte alternativo que ha nacido en un centro educativo de Castilla-La Mancha. Su creador es Carmelo Juan Trapero Huete, un profesor de Educación Física del CEIP Félix Grande de Tomelloso (Ciudad Real), que el curso pasado, condicionado por la situación de la pandemia, quiso motivar a sus alumnos de 6º curso de Educación Primaria con esta nueva modalidad deportiva.
Las clases de Educación Física del profesor Trapero consiguen salirse de la rutina con este deporte alternativo que se presta más a la cooperación que a la competición, y que tiene un enfoque integrador e inclusivo.
El Stikbomball, que así es como se llama, se basa en habilidades motrices sencillas (lanzamientos, recepciones, desplazamientos, giros y saltos), lo que conlleva una alta participación de todo el alumnado. Además, carece de sesgo sexual, por lo que niños y niñas, de entre 10 y 16 años, juegan sin ningún tipo de prejuicio, e independientemente del nivel o habilidad en su práctica.
“El Stikbomball es un excelente medio para trabajar diferentes aspectos del desarrollo integral de los chicos y chicas, desde la condición física, hasta valores positivos o el pensamiento lógico-matemático. Además, es un buen deporte para los alumnos y alumnas que no tienen demasiada habilidad y no disfrutan con los deportes convencionales” comenta su creador, un profesor muy interesado en la innovación educativa.
Por otra parte, el Stikbomball promueve la atención y percepción espacial, ya que la movilidad y la colocación son esenciales, y otorga importancia a la estrategia, lo cual permite inculcar hábitos de trabajo en equipo.
Asociado al balonmano, pero con cinco pelotas
El Stikbomball es un deporte de invasión asociado al balonmano cuyo objetivo es lanzar e introducir la pelota por dentro del aro del stik del equipo contrario. El stik es la portería formada por dos picas paralelas situadas a una distancia de 1,20 metros y un aro sostenido a media altura entre las dos picas.
Se puede jugar en una pista deportiva convencional, de fútbol sala o de balonmano, o en un recinto de Vóley Playa.
Se juega utilizando las manos y son necesarias cinco pelotas. Un equipo tendrá dos pelotas de color azul y el otro dos de color rosa, pudiendo variar el color siempre y cuando sean diferentes entre sí y también con respecto a la pelota de campo que será de color naranja.
Cada equipo tiene 4 jugadores de campo, un líbero y dos bombarderos. Estos últimos tienen la capacidad de poder eliminar jugadores del otro equipo mediante un lanzamiento directo de su pelota, sin bote previo y por debajo de la cintura al jugador del equipo contrario.
“Se trata de un deporte escolar innovador en la medida que establece tres roles diferentes de jugadores en cada equipo, fomentando la participación activa en cada momento” comenta su creador. Y es que, un partido de Stikbomball se compone de 3 períodos de 10 minutos tras los cuales se detiene el juego para establecer rotación de roles.
El juego comienza con un saque desde la línea de medio campo. Al grito de “Stikbomball”, un jugador de cada equipo sale corriendo a empujar la pelota hacia su campo. Será el líbero el que la recoja y comience la jugada de ataque. El número de pases en una jugada será indefinido, aunque los jugadores que están con la pelota en la mano no podrán retenerla más de 5 segundos.
Para poder lanzar a portería y conseguir punto, el equipo atacante deberá haber realizado al menos 4 pases, de los cuales, alguna chica tendrá que haber tocado la pelota, pasar o lanzar.
La zona de lanzamiento será entre la línea de 6 metros del área de balonmano y fútbol-sala y la línea de 9 metros discontinua o de golpe franco. Solo ahí será válido el lanzamiento. Si un jugador mete la pelota por dentro del aro conseguirá un punto, mientras que si el lanzamiento es de una jugadora se conseguirán dos puntos.
En este deporte escolar se premia la deportividad, por lo que el árbitro puede conceder 3 puntos al equipo que no haya cometido ninguna acción antideportiva.
Convertirlo en deporte tradicional
Aunque ha nacido hace solo unos meses, el Stikbomball cuenta ya con el equipamiento deportivo necesario para su práctica. Una empresa madrileña se interesó por el proyecto del profesor Trapero y se ha convertido en el patrocinador y distribuidor oficial en España de los materiales asociados a este deporte alternativo. Esto ayuda, sin duda, a que el Stikbomball se pueda practicar en cualquier centro educativo de nuestro país.
El profesor Trapero Huete se muestra satisfecho “ya que el esfuerzo y tiempo dedicado a este proyecto se ve recompensado por la gran aceptación que ha tenido entre los escolares de Tomelloso, pero, sobre todo porque otros centros educativos hayan empezado a interesarse por él”. En este sentido, la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha ha mostrado su apoyo incluyéndolo como propuesta formativa en el Centro Regional de Formación del Profesorado, durante este curso escolar.
Además, la labor de difusión del profesor Trapero traspasa fronteras. En las próximas semanas participará en el Primer Congreso de Deportes Alternativos en Inclusión Social entre España, Perú y México y en una Feria organizada en el País Vasco. “Quiero colaborar activamente con profesionales de la enseñanza tanto en España como en Sudamérica para que el Stikbomball tenga cada día más adeptos”, comenta Carmelo Trapero, quien también está escribiendo un libro sobre los beneficios, las características y la versatilidad de este nuevo deporte escolar.
“Si el Stikbomball se empieza a practicar en los colegios e institutos de Castilla-La Mancha y de otras comunidades autónomas, es posible que en un tiempo podamos formar una asociación y organizar campeonatos” explica el profesor Trapero, quien espera que también las Federaciones de Balonmano apoyen este deporte alternativo. “En los últimos años la práctica del balonmano ha descendido bastante en nuestro país; ojalá el Stikbomball contribuya a devolver seguidores a un deporte en el que nuestro país ha obtenido grandes éxitos”.
En los últimos años han nacido una gran cantidad de deportes alternativos dentro del seno de la Educación Física, porque hay una necesidad de aumentar la participación del alumnado, de elevar su motivación hacia la práctica deportiva y desvincular el juego del género asignado socialmente. No hay duda de que los juegos y deportes alternativos ayudan a conseguir mejores resultados educativos y a generar hábitos saludables entre los estudiantes. Además, no son algo nuevo. El propio voleibol, el baloncesto, el rugby… nacieron siendo alternativos y terminaron convirtiéndose en deportes convencionales. Quién sabe si dentro de un tiempo este deporte, nacido en Tomelloso, consigue ser popular en todos los patios de los centros escolares de nuestro país e incluso fuera de nuestras fronteras.