Las investigaciones arqueológicas desarrolladas en la motilla de El Retamar, situada en el centro mismo del cauce del Alto Guadiana, han permitido recuperar una pieza excepcional. «Se trata de una alabarda argárica de comienzos del II milenio, de más de 15 cm de longitud, con el nervio central muy marcado y dos remaches sobre una amplia placa de enmangue. Su estado de conservación es muy delicado debido a la corrosión; por ello ha perdido materia metálica en su punta», ha informado el director cientÃfico de las investigaciones, el profesor Luis BenÃtez de Lugo (Universidad Complutense de Madrid).
Este experto en la Cultura de las Motillas ha señalado además que «es importante indicar que el hallazgo se ha producido en un contexto no funerario, asociado a recipientes cerámicos, un horno y semillas (trigo harinero y duro, cebada vestida, escanda melliza y lino) que han sido estudiadas en el Consejo Superior de Investigaciones CientÃficas y datadas en los laboratorios Beta, de Estados Unidos. Lo habitual es encontrar alabardas argáricas en ajuares funerarios de varones; por ello este hallazgo tiene un interés especial, por haberse encontrado en el único espacio habitable documentado dentro de la motilla: un espacio de 44,6 m2 denominado ‘Corte A’.
El arma más antigua de Castilla-La Mancha
Las alabardas son las primeras piezas diseñadas especÃficamente para hacer daño, y han tenido una amplia evolución desde la Prehistoria hasta las épocas históricas. Sólo hay unas pocas decenas de estas piezas de la Edad del Bronce en toda Europa, y ninguna se habÃa encontrado antes en el sur de la Meseta. Son consideradas un elemento distintivo de las élites de guerreros, en los comienzos de la jerarquización social. Por eso la alabarda encontrada es muy importante y ayuda a escribir la historia de Castilla-La Mancha».
Las investigaciones arqueológicas en la motilla de El Retamar son financiadas por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba y la empresa E2IN2.
El pasado verano el Gobierno de Castilla-La Mancha anunció que declararÃa todas las motillas como bienes de interés cultural, por ser aportaciones únicas y excepcionales de las comunidades que habitaron La Mancha durante la Edad del Bronce a la historia y la arquitectura mundiales.